La efectividad de la inyección anticonceptiva es del noventa y nueve por ciento y esa es la aseveración a la que me he aferrado durante estas dos largas horas, mientras doy vueltas de extremo a extremo del departamento, abrazándome a mí misma. «Debe haber un error» me digo, sin embargo, la insoportable idea de que yo sea ese uno por ciento de ineficacia, me carcome por dentro. Hace rato que me resigné a la desesperación, porque sencillamente no puedo controlar mis nervios. La sangre pulsa detrás de mis orejas al ritmo de mi corazón porque, irremediablemente, estoy asustada. Sigo en la etapa de negación, porque la posibilidad es tan remota, que quizás solamente se trata de un desajuste hormonal, sin embargo, apenas repaso la nula modificación de mi lapso menstrual el mes anterior, me vue