Elegimos octubre para celebrar la unión, cuando iniciara mi internado y Alan fuera m*****o permanente del despacho de Terrence Beresford, su tío. La noticia fue un hito para todos quienes nos rodean. Al principio pensé que era debido a lo precipitado de nuestra decisión, luego, quise adjudicar su asombro a que nunca hubiesen creído que alguno de nosotros dos fuera a ser tan inmaduro como para contraer un compromiso de ese tipo, ya se sabe; con tantas responsabilidades y obligaciones de por medio. Por eso, las primeras impresiones que presencié fueron las de incredulidad ante lo que pensaban que era una broma (pese a que yo soy pésima en los chistes y Alan no se prestaría para semejante absurdo), luego sobrevino la confusión total al enterarse que era cierto… y a final, una especie de in