Era la tercera semana desde que íbamos a terapia con Samuel. Después de una evaluación a Aura, se determinó que no necesitaba terapias, así que solo acudíamos Gabriel, Samuel y yo. Tres veces a la semana, pues ella consideró empezar de lleno para que el niño fuera asimilando las cosas y que no fuera a peor, dos horas en cada una de esas secciones y a casi un mes de estar haciendo esto, Samuel mostraba una mejoría enorme. No había mayor alegría para mí que esto. Todo sin necesidad de que Gabriel se quedara en casa, esta era la solución más viable para todos. En su cumpleaños lo llevamos a un parque acuático, ya que eso era lo que él deseaba, fuimos los tres y pasamos el día allí. La maestra había solicitado mi presencia para hacerme saber que en la escuela él ya estaba tomando el ritmo