— ¿Por qué estás aquí afuera Guillermo? ¿Por qué no te dejan entrar? — Todo es culpa del imbécil de tu esposo, me ha mandado a sacar con los de seguridad. Y ahora debe estar con Ana Paula presenciando la cesárea, cuando el único que tiene derecho a estar con ella, soy yo, su marido. — Pero eso no podemos permitirlo, ven acompáñame, vamos adentro, si vienes conmigo claro que te tienen que dejar entrar. Y efectivamente así fue, Abril enseguida llamó al dueño dela clínica quien había sido un gran amigo de mi padre y que además, fue el encargado de darle el empleo a Luis José. Barradas observó con algo de preocupación el trato tan cercano que había comenzado a nacer entre Guillermo y Abril, él sí estaba enterado de los trastornos de bipolaridad y esquizofrenia de los cuales padecía, y