La verdad es que el susto fue tremendo, especialmente porque no esperaba tener que ver a simple vista los encantos escondidos del artista plástico. Él por su parte estaba tan sorprendido como yo, ya que no me esperaba tan pronto, así que sin poder hacer más nada en vista de la situación tan vergonzosa e inesperada, solo alcanzó a taparse con sus manos eso que se veía de un tamaño bastante prominente y que además me había causado mucha impresión. — ¿A usted no le enseñaron a tocar la puerta antes de entrar señorita como se llame? — Bueno.. Yo..eh…en realidad usted tiene la culpa, porque debió cerrar la puerta de la habitación, además me consta que el licenciado Barradas le avisó que yo vendría y por esa razón me dio las llaves de la casa. El que debería haber estado preparado