Los siguientes días en el trabajo de la oficina fueron dedicados a los documentos, la empresa del caso había envíado muchas cajas más sobre sus finanzas y Eliot era el encargado, por lo tanto, él y Elizabeth estaban llenos de papeles. Ninguno de los dos había tocado el tema sobre su encuentro el sábado, ambos tenían dudas, pero de alguna forma sabían que no podían cruzar esa línea de lo profesional a lo personal mientras estuvieran en la oficina, Eliot era muy estricto en eso y Elizabeth había aprendido a conocerlo, ambos habían logrado una extraña forma de convivencia que ninguno podría explicar. –¿Fue al lugar que le indiqué? –Sí, ya tengo todo listo para ese día –respondió Elizabeth. –Me envía su dirección y pasaré por usted a las cinco de la tarde. –No es necesario, yo puedo lle