Elizabeth regresó a la casa de Cloe al día siguiente, el domingo fue un día diferente y más agotador, Alberto le pidió que si podía hacerse cargo de la casa mientras llevaba a Cloe para que se despejará por recomendación del terapeuta, ella aceptó y con la ayuda de Megan y las niñeras pudieron hacerse cargo hasta de la cena, estaba exhausta por la noche, pero cuando llegó a la cama no pudo conciliar el sueño, miraba hacía la puerta en varias ocasiones, luego a la hora del reloj, ya era demasiado tarde y no sabía nada de Robert, no había sabido nada de él desde el día anterior y ahí estaba esa desagradable sensación que recorría su cuerpo, la presión en el pecho que sabía que tal vez ya todo había acabado. ¿Qué es lo que va a acabar, si no hay nada? Se repitió esas palabras para intenta