Alex pensó en ir a su apartamento, tomar una ducha y relajarse el resto de la noche, tenía entrenamiento al día siguiente y necesitaba descansar, él tenía una casa en las afueras de la ciudad, era un lugar tranquilo a donde solo llevaba a Elizabeth y Megan, era un espacio muy grande para solo una persona, el apartamento era donde se mantenía, gracias a su localidad podía ir a donde quisiera. Al abrir su apartamento sintió un olor a comida bastante peculiar, no duró mucho en encontrar el origen, Vivían se encontraba en la cocina. –Bebé, es tarde, ¿dónde estabas? Alex suspiró quitándose la chaqueta, estaba muy cansado para hablar. –¿Qué haces aquí, Vivían? –Es que tuve que regresar –mencionó –. Y quería verte, tengo tu llave del apartamento. –Puedes irte, ahora estoy muy cansado