Capítulo 14

3164 Words
Nunca antes un hombre la había cortejado de aquella manera, eso la sorprendió tanto al grado de hacerla que se conmoviera.Sentía una cálida sensación en su interior de sentirse amada. Pero volvió a su mente la pregunta que la atormentaba y se preguntó. ¿Si estaría enamorada de él ?. El amor era una de las cosas que siempre le había procurado y quería evitar porque pensaba que ella no había nacido para eso. La única persona a la que había querido había sido a hermana, pero él amor que sentía por Hernán era muy diferente. No había motivos para no quererlo, él le había demostrado ser un buen hombre. El único vínculo que había entre ellos era el bebé, además del que habían establecido en las últimas seis semanas. Siguió lentamente el camino de rosas hacia la parte de atrás de la casa y contuvo el aliento al ver el aspecto del jardín y del patio. Se sentía como una verdadera princesa, Hernán había convertido aquel jardín en algo fuera de este mundo, algo espectacular y en lo más profundo de su corazón Sofia, sabía que sentía algo especial por él, tenía que reconocer que se había enamorado, pero no quería reconocerlo. Casi deseaba que no fuera así, que pudiera disfrutar de aquella hermosa fantasía y volver a fingir que solo era pasión lo que los unía, que era una adiccion al sexo nada más y que estaban ahí era por el bebé que venía en camino. Tomándolo de esa manera, tenía sentido querer evitarlo. Lo que deseaba era salir corriend, pero eso la iba ser ver cómo una persona estúpida e inmadura, pero tenía mucho miedo. Hernán la interrupio sus pensamientos. —Le he pedido a mi chef que nos prepare la cena –dijo él, separándole la silla de la mesa, para que Sofia se sentara, le pedí a mí cheff que preparara un menú francés, aquí tienes: Gambar Santa Bárbara, Boloñesa de Langosta y de postre Crunch de Nutella. Dejo de preocuparse es sólo una cena. Hernán se sentó junto a ella, le sirvió agua en una copa. —Todo está tan hermoso las rosas, las luces en verdad es un espectáculo y el menú suena divino en verdad gracias. —Me contesta que te halla gustado —Tengo algo que decirte —¿Tu me dirás ? —Tu madre ha venido a verme –comentó mientras cenaban. No sabía cómo contárselo a Hernán. No habían hablado de un futuro juntos y ella había intentado no mezclar al bebé con ellos. Después de conocer a la señora Verónica se le hacía aún más difícil que no formaran parte de la vida del bebé. —Te lo iba a comentar antes, pero en verdad se me pasó por alto y ya sabe que estoy embarazada se lo dijo tú hermana Lorena — Mis planes era esperar para contárselos a mis padres, estaba esperando que íbamos a resolver primero. Se que van a hacer muchas preguntas que ninguno de los dos estamos preparandos para responder —Tienes razón e inclusive me dijo que sabía que no tenía madre y que quería conocerme mejor y que cualquier cosa contara con ella —Puedes decirle que no, a veces es un poco intensa. —Ella me lo dijo que era intensa, pero fue tan dulce y cariñosa que me cayo muy bien. —Asi, son mis padres les gusta implicarse en todo lo que se refiere a su familia —Sí, me he dado cuenta y también me da la impresión de que ejercen un poco de padres de todos tus amigos. —Así es. Creo que es porque conocen a mis amigos desde niños. Comentó Hernán. Sofia le costaba créer que la familia Ruiz era real, siempre pensé que una familia así no existía —Me gusta tú familia y a mi hermana le hubiese gustado tener una así —Me habría gustado conocerla. ¿ Ella fue muy importante para ti, cierto ? —Si muy importante —¿Cual, fue la travesura más grande que hiciste cuando niña ? Oscar y yo siempre andábamos metidos en problemas, sobre todo cuando nos cambiabamos uno por el otro, así que es posible que nuestro hijo tenga el gen de las travesuras. —Mi hermana siempre me sorprendía con algo gracioso. Fuimos a internados diferentes y el primer año después de la muerte de mi madre, lo pasé muy mal. Una noche estaba tumbada en mi cama de la residencia cuando oí que tiraban piedritas pequeñas en el cristal de la ventana. La abrí y vi a mi hermana con una bolsa de piedritas en las manos . Explico Sofía y tomó un sorbo de su agua antes de continuar, para ella no era fácil hablar de su hermana. Me hizo una seña para que bajara y salí a con mucho cuidado, me tomó de la mano y corrimos hacia el taxi que nos esperaba. Luego le pidió al conductor que nos llevara a la playa. Recuerdo que era invierno y hacía mucho frío. Cuando llegamos a la playa, nos quedamos en la arena esperando. Le pregunté a que estábamos esperando y me contestó que a ver el ángel de mamá al amanecer. —Que bella tú hermana. Me habría gustado que mi hermano hubiera sido así de considerado. Sin embargo, Oscar solía despertarme a golpes con la almohada para que le diera su oso de peluche, Bernardo cada vez que se le caía de la litera. —Pobrecito, parece que Oscar era un mandon–dijo Sofía bromeando. —Todavia lo es . Se ve que tú hermana se preocupaba mucho por ti. —A veces, pero también tenía sus problemas. En una ocasión, chocó su velero contra el mío para impedir que pasara por un canal — De eso sé mucho. Adrian siempre se le dio bien montar en bicicleta, en carritos pequeños e incluso en los carritos de golf, así que a veces chocábamos con él para que no ganase. Seguramente eso le ayudó a que se le dieran mejor las carreras, sin embargo no los puso en práctica, prefiero el fútbol. —¿Has pensado alguna vez en tener más hijos?. ¿O con uno te conformas? . Pregunto Hernán.Sabía que tenía derecho a hacerle esa pregunta, pero no quería contestar. Ni siquiera sabía qué iba a hacer con el bebé que estaba esperando. Estaba hecha un lío y ahora Hernán hacia semejante pregunta. —No, no lo había pensado. No estoy preparada para pensar en eso. —Yo tampoco. Solo quería saber si tu sueño era formar una gran familia. Comenta Hernán mientras levanta los platos los platos. —Nunca se me había cruzado por la mente tener una familia. —¿Te gusto la cena ? —Estaba espectacular. Felicita al cheff de mi parte, por favor —Asi, lo hare. ¿Te sirvo el postre ? —Si, por favor, me encanta la Nutella —A mi también. Mientras Hernán, sirve el postre, Sofía lo mira, deseando poder leer en que estaba pensando. Después de servir el postre se volvió a sentar frente a Sofía y ella quería saber porque por qué le había preparado algo tan especial y tan romántico o era que él estaba sintiendo algo por ella . —Te has superado esta noche, todo a estado espectacular —Sé que no es algo excepcional, pero eres la primera mujer a la que le he hecho una cosa así. Significa mucho para mí, Sofía —Gracias. Dijo ella. ¿Qué podía decir? Tenía que darse prisa y pensar algo rápido porque le estaban dando ganas de quedarse allí, en Conkal con Hernán Ruiz y con aquella familia que siempre había soñado. Tal vez Hernán no se daba cuenta de que, sin pretenderlo, le estaba ofreciendo todo lo que siempre había creído que no existía para ella. Tragó saliva. Le estaba costando mantener la calma y los ojos se le llenaron de lágrimas mientras lo observaba abrir las puertas correderas que daban al patio. Oyó música de de suave de piano Le había contado que le gustaba la música de Richard Cleyderman y lo había recordado. Es perfecto para ti. No lo estropees, le decía su voz interior —Gracias –dijo saliendo al patio. Había una alfombra nueva en el porche, muy suave y muy hermosa. Se quitó los zapatos y la pisó. El olor a rosas y jazmines invadía el ambiente. Se volvió para mirar a Hernán y se encontró con que la estaba observando. Le tendió la mano al oír el comienzo de la siguiente canción y él la tomó entre sus brazos y comenzaron a bailar. Sentía la calidez de sus fuertes manos en la espalda. Su simple roce la excitó como siempre. Solo con eso sentía despertar sus sentidos y se olvidaba de todo excepto de sus ojos marrones y de su cuerpo imponente. Al acabar la canción, la estrechó entre sus brazos y ella se aferró a él. Sabía que siempre podía contar con él. Por mucho que no quisiera aceptar, ella estaba consciente de que ya dependía de él. Aunque le costara reconocerlo, sentía algo muy especial por él. Sofía se preguntaba ¿Es solo cariño ? o ¿ Amor de verdad ?. Deshizo el abrazo y se alejó de Hernán y de sus pensamientos . No iba a admitirlo, pero la verdad es que este hombre la hacía sentir cosas muy diferentes . No soy capaz de de amar, nunca lo había sido, nada más de pensarlo me aterrorizo. Había perdido a su madre, y su hermana y a su padre literalmente. Que ni siquiera se molestaba por saber de ella que la llamaba cuando tenía que firmar algún papel . Cómo iba a pensar que podía amar a Hernán y que él la amara? —Sofia. ¿Amor te encuentras bien ? Pregunto Hernán. Su tono de preocupación la hizo sentirse como una tonta. No estaba reaccionando bien. No sabía cómo comportarse en una situación así. Sabía cómo arreglárselas con un puñado de paparazis y periodistas, acosandola todo el tiempo esperando a que hiciera el ridículo, pero con un hombre que había preparado una velada romántica —No, no estoy bien, tengo mucho tiempo sin sentirme bien, los vomitos en la mañana, los pechos creciendome y atormentando, pensando si podíamos forma una familia. Respondio sacudiendo la cabeza–respondió sacudiendo la cabeza. —¿Cómo? ¿Qué quieres decir?. Solo quería que esta noche fuera algo especial. Normalmente no hago este tipo de cosas. Ella sacudió la cabeza y le respondió —Te creo y eso lo hace incluso peor. Quiero ser la mujer que mereces, Hernán alguien que aprecie todo esto y lo disfrute. Pero no lo soy. Voy de un desastre en desastre y no creo que pueda cambiar. Él meneó la cabeza y le tendió las manos. —No tienes que cambiar, no es eso lo que te estoy pidiendo. Pero claro que lo era. Aunque no lo hubiera dicho con palabras, él lo que quería era algo estable entre ellos, y eso la asustaba más que otra cosa. Tenía que irse de allí y salir de Conkal, de Mérida y hasta de México antes de que se olvidara quien era ella en realidad. Ella era Sofía Fuentes, de los Fuentes bebedores , rebeldes, escandalosos, no una mujer capaz de llevar una vida estable. Ese no era su lugar. Hernán no tenía ni la mínima idea de cómo las cosas, situaciones se le habían escapado de sus manos. —Pasemos dentro. Sofia no se movió. Se limitó a rodearse con los brazos y Hernán se dio cuenta de que estaba asustada. Se acercó y la abrazó lentamente por si se resistía. Ella suspiró y apoyó la frente en su hombro. Respiraba entrecortadamente. —¿No sé qué he hecho para molestarte?. Dijo él acariciándole la espalda— Pero en verdad lo siento. Procuraré no volver a hacerlo. Hernán recordando aquella primera tarde que habían pasado en el patio y ella había huido de él . Y Hernán continúo diciéndole. — No soy el mismo hombre que te engañó aquella primera noche cuando nos conocimos. He tratado de demostrarte que no tengo nada que ver con él y todavía me queda un largo camino… —Alto, ahí Hernán eres mucho mejor de lo que yo pensaba. Incluso cuando pensaba que eras Oscar el galardonado a la mejor labor filantropica del año, no imaginaba que fueras a ser tan perfecto. Él negó con la cabeza. —Eso no es cierto. No pierdas el tiempo halagándome, Sofía sé que no soy ningún héroe. Ella alzó la cabeza y sus miradas se encontraron. —No te equivoques. Esto tiene que ver conmigo más que contigo. No soy la clase de mujer que sueña con sentar la cabeza –dijo señalando a la casa con un movimiento de brazo–. Pero todo esto hace que lo crea. Toda mi vida he pensado que me conocía. Sé que no le caigo bien a todo el mundo, pero no me importa. Soy una Fuentes y me las arreglo. Pero esto es diferente. Esto está cambiando mi vida hacia algo que nunca he tenido. Nunca me ha gustado tener responsabilidades. Él asintió. Comprendía a dónde quería ir a parar. —Todo cambió cuando te quedaste embarazada. Nosotros también tenemos cambiar por nosotros y por el bebé —No sé si seré podre. No sé si podre ser madre, si podré ser lo que esperas de mí, estaba empezando a acostumbrarme a estar contigo, aquí en tu pueblo, con tú familia a compartir con tus amigos pero, no creo en las relaciones largas, Hernán. Nada es para siempre. Sus palabras lo enfurecieron. Pero a la vez sintió lástima de ella. —No soy como tu padre, todos los hombres no somos iguales —No estoy diciendo eso, no me mal interpretes. Se había puesto a la defensiva, como cuando se había encontrado con ella en el partido de polo. No sabía qué decir para arreglar la situación. ¿Cómo había podido equivocarse tanto? Nunca se le había dado bien adivinar los pensamientos de los demás, pero aquello era un gran error incluso para él. — No quise molestarte y eso le hace daño al bebé. —Lo sé. Le dió la espalda a Hernán replicó dándole la espalda —No. ¿No te pongas así ? —Así es como me pongo cuando estoy asustada. —¿Qué te asusta de esto? —Todo, Hernán todo. Este permanecio permaneció callado, a la espera de que continuara. Pero no dijo nada más. Empezó a arrancar las luces, las cortinas, a quitar con los pies los pétalos de rosas que estaban en el piso, a quitar las velas que reposaban en los calendabros, se volteo y le dijo —¿ Puedo quitar todo esto, Serviría para algo? —No, porque también lo deseo. Quiero creer en esto y en ti. Quiero disfrutar de esta sensación cada vez que te veo y no sentir miedo pensando que puede desaparecer. —Entonces, hazlo. No voy a irme a ninguna parte, quiero y deseo estar contigo a menos que quieras que vaya contigo a Mérida, a México o al fin del mundo, contigo estoy dispuesto a ir donde sea. En el rostro de Sofía se dibujo una sonrisa triste y meneó la cabeza en forma de negación —No creo que te guste. Mi vida no se parece en nada a lo que hemos vivido aquí en Conkal. Además, llevo aquí demasiado tiempo, más de lo que había previsto que casi se me ha olvidado lo que vine a hacer. —¿Y a qué viniste ? —A comprobar si eras un hombre decente y lo suficiente bueno para criar a nuestro hijo o si iba a tener que encontrar una familia que se encargara de él. —¿Como es la cosa, como así, no te entiendo ? —No te pongas así. Fue una noche de sexo, ni siquiera nos conocíamos. Mi familia es un desastre y no me gustaría que un hijo mío tuviera que pasar por lo mismo que yo. No sabía qué hacer, no sabía lo que me iba a encontrar cuando llegara aquí a Conkal. Hernán le tomó la mano y le acarició, él comprendía sus temores, pero pensaba que eso ya lo habían superado. –Ahora ya lo sabes. —Sí, ahora ya lo sé y, como te he dicho, eres mucho mejor de lo que esperaba y tienes una gran familia. Este bebé va a tener todo lo que nunca tuve. —Entonces, ¿por qué te molesta que te corteje? ¿Quieres que guardemos las distancias y que nos sigamos acostando? Sofia negó con la cabeza. Luego, se dirigió hacia donde había dejado los zapatos y se los puso. —He decidido no formar parte de la vida del bebé después de que nazca. —¿No te entiendo ?. ¿Quieres que críe al niño yo solo? —Sí, eso es lo que quiero.Eres mucho mejor persona que yo y sabes lo que es formar parte de una verdadera familia. Yo… —Para, para por favor. Estalló Hernán. No podía hacerlo solo. Había pensado que lo harían juntos porque cada uno aportaba a su unión algo diferente. Pero ¿criar a un hijo él solo? ¿De qué estaba hablando? —Trabajo hasta tarde muchos días. No puedo ser padre soltero, no podría manejarlo. —Quiero que este bebé tenga lo que no puedo darle. Hernán eres un buen hombre cariñoso, responsable y serás un gran padre. —Y tú una estupenda madre, y no quiero hacerlo solo. Piénsalo por favor considerara que lo hagamos juntos ?. Creo que juntos formamos un gran equipo. Al ver que no decía nada, Hernán se dio cuenta de que la había interpretado mal. Fuera lo que fuese que había estado haciendo con él, las últimas seis semanas, no había sido tratar de entablar una relación para fundar una familia juntos. Lo veía como a la persona que encargaría de cuidar del niño mientras ella volvía a su vida anterior, a su vida de actuación y lejos de él. No la culpaba por haber pensado eso al principio, pero habían llegado a conocerse. Tenía que ser consciente de que no se iba a conformar. —Quiero que nos vayamos a vivir juntos. Dijo Hernán Sofia se sorprendió al escuchar y volteo a verlo y le volvió a decir— Sé que no te lo esperabas, está propuesta, piénsalo con calma. —No puedo. Estaba empezando a ponerse furioso. —Tu no eres de esas mujeres que salen huyendo ante un problema tú eres de esas que se enfrentan a cualquier situación. —El problema aquí es que no confío en mi misma. —¿Y si no lo eres? —No quiero correr riesgos con nuestro bebé -dijo ella.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD