Contando las horas.

1459 Words

Leila: Nos trasladamos esa misma tarde de vuelta a nuestro país, y aunque aún no habíamos pisado tierra conocida ya me sentía más segura de que saldríamos vivas de esto. Cuando me levanté de la silla fue la peor sensación del mundo, mis piernas no respondieron haciendo que terminara en el piso. No sentía las piernas ni un poco, ni siquiera el hormigueo habitual. La visión también me dejó por largos segundos, entonces los tipos de al lado me pararon rápidamente. Uno me ofreció apoyarme en su brazo por varios minutos “amablemente” hasta sentirme bien, el chico que me ayudaba parecía ser el más joven del grupo que había visto desde que llegué, era mi favorito por así decirlo, nunca hablaba y solo asentía.  ―Te tengo que poner esto en la cabeza para cubrirte los ojos.― Advirtió. Yo solo ase

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