Nunca te amare

1068 Words
Abril terminó quedándose dormida esperando a aquella sirvienta, ella nunca volvió, al parecer tampoco iba a tener sus tres comidas en ese lugar, ella suspiró con gran pesar y dijo para sí misma. _ ¿Cuándo será el momento en el que podré comer todo lo que quiera? Abril se tocó el estómago y comenzó a hablar con él. _ Estómago por qué siempre te tienen que castigar de esta manera, preferiría una paliza si con eso obtengo mis tres comidas. Toc toc. El sonido de la puerta siendo tocada hizo que Abril se alegrará, quizás era el momento de su primera comida. _ Esperó que hayan traído la cesta con frutas que pedí. Abril volvió a hablarle a su estómago que gruñía del hambre. _ Tranquilo estómago, por fin llegó la hora de comer. Abril se levantó de la cama y abrió la puerta, la sirvienta que no había llevado su comida estaba frente a la puerta, ella llevaba las manos vacías. Será que no tengo derecho ni aún sola comida en este lugar, no estarán pensando en matarme de hambre, ¿Verdad?, Pensó Abril mientras fruncía el ceño. _ ¿Dónde está mi comida?, ¿Por qué no la has traído aún? _ Lo siento, se me olvidó. Mintió descaradamente la sirvienta. _ Pues ve y tráela inmediatamente. _ No será necesario, su majestad la está esperando para cenar. Los ojos de Abril se iluminaron, la sirvienta pensó que era por qué iba a cenar con el rey, pero en realidad eso era lo que menos le importaba, ella lo único que quería era tener una buena comida, no le importaba si era en unas caballerizas o juntó a un hombre que decía que la mataría con la mirada cada vez que la veía, a ella lo único que le importaba era llenar su estómago con una buena comida. Abril se apresuró a ponerse los zapatos y siguió a la sirvienta que la guió hasta el comedor real, donde la esperaba su majestad, el rey. Cuando Alessandro la vio llegar parecía que quería lanzarle el cuchillo que sostenía en su mano y atravesar su cabeza, cualquiera hubiera temblando de miedo ante esa mirada, sin embargo Abril ni siquiera le prestó atención a su mirada, la comida había captado por completo su atención, ella tomó su lugar en la mesa junto al rey, inmediatamente tomó una cucharada de la sopa que tenía frente a ella y se la metió en la boca. El rey la miró con desprecio y dijo. _ Al parecer el rey Venobich no educó adecuadamente a la princesa, sus modales son horrorosos. El rey tenía razón sobre sus modales, así que ella no se sintió ofendida en absoluto y siguió comiendo su sopa. Ella se la acabó toda y luego siguió con la carne, luego con el pescado, ella dejó los platos completamente limpios; Alessandro se le quedó mirando fijamente, ella comía como si fuera su última comida o la primera en un largo tiempo. Abril probó todo lo que había en la mesa, había cosas que ella en su vida había probando como la carne de cordero, ella estaba tan feliz por esa comida que por poco lloro de la felicidad. Alessandro alargó su mano para tocar el cabello rizado de Abril, estaba todo alborotado ya que había estado durmiendo, cuando ella sintió su mano tocando su cabello se quedó completamente quieta, se preguntó si el rey la mataría en ese instante, ella cerró sus ojos y pensó. Por lo menos me dejó tener una buena cena antes de matarme. _ Si no fuera por el color de tu cabello, pensaría que eres un mendigo de la calle. Habló el rey con la voz cargada desprecio, Abril abrió sus ojos al sentir que él retiraba su mano y pensó. Al parecer no me quería matar, solo quería comprobar que mi cabello fuera real y no teñido. Abril no dijo nada, por experiencia sabía que cuando un hombre estaba enfadado lo mejor era quedarse en silencio, no decir nada para no enfurecerlo aún más; ya que si abría su boca imprudentemente solo haría que la castigarán o le hicieran algo aún peor. Cuando ella vivía en el palacio y replicaba, el mayordomo que iba de vez en cuando a visitarla para asegurarse de que aún no había muerto, la castigaba sin comida durante dos días enteros, en ocasiones fueron hasta tres días seguidos de ayuno, desde ese entonces Abril había decidido que lo mejor era quedarse en silencio escuchando los regaños sin replicar. El rey se levantó molesto y golpeó la mesa con fuerza haciendo que Abril se sorprendiera. _ Vuelve a tu habitación, el verte hace que se me revuelva el estómago. Abril ya había comido hasta saciarse, aunque no había tenido la oportunidad de probar el postre, ella asintió con la cabeza y se levantó de la mesa obedientemente. Cuando volvió a su habitación Abril le pidió a la sirvienta que la ayudara a quitarse el vestido, pero ella alegó que estaba ocupada y se marchó rápidamente. Abril suspiró profundamente preguntándose cómo iba a hacer para quitarse el vestido, cuando de pronto ingresó el rey a su habitación, ella lo miró con desconcierto preguntadose que hacía ahí, si hacía solo unos minutos le había dicho que se fuera por qué no quería ver su cara. Es verdad, está es nuestra primera noche de casados. Pensó . Eso explicaba por qué el rey estaba ahí. _ Aún llevás ese estúpido vestido, es ridículo que pretendas ser una novia ya que toda esta boda no es más que una farsa. El rey se rió con amargura y le dijo. _ Jamás te trataré como mi esposa, nunca tocaré tu asqueroso cuerpo, quién sabes con cuántos hombres habrás estado antes de mí, escúchame bien princesa Abril, jamás tendrás mi corazón, ni siquiera un lugar en mi cama y a partir de este día procura no cruzarte en mi camino, por qué si lo haces puede que pierda los estribos y terminé matandote. Después de decir todo lo que quería sin darle oportunidad de hablar, el rey salió de la habitación tirando la puerta con fuerza. Abril sabía que no le agradaba al rey, aunque nunca se imaginó su desagradó fuera tanto. _ Al parecer tampoco soy bienvenida en este lugar, solo esperó que no me hagan aguantar hambre, puedo con todo menos con eso.
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