Cassian sintió que sobraba, él se levantó y dijo. _ Yo tengo algo urgente que hacer, nos vemos. Después de que Cassian se fuera, Alessandro se sentó en el borde de la cama y puso su mano sobre la frente de Abril para comprobar que no tuviera fiebre, él había empezado a hacerlo cada vez que volvía a sus aposentos, poco importaba que ella dijera que estaba bien. _ ¿Cómo está tu herida?, ¿Te duele? _ Aún duele. _ Me gustaría ver tu herida, ¿Puedo? Abril asintió con la cabeza. Como ella no podía moverse muy bien todavía Alessandro retiró las mantas y le ayudó a subir el camisón, él podía ver sus piernas desnudas y su ropa interior, él la miró a la cara para ver que expresión estaba haciendo, ella parecía tranquila, no había ni rastro de vergüenza en su rostro. Ya me lo esperaba. Pens