Al día siguiente Abril se despertó en medio de una pesadilla, entre gritos y lágrimas. Alessandro la tomó por los hombros y habló con una voz suave y tranquilizadora. _ Tranquila, estás a salvo, estás conmigo. Abril abrazo a Alessandro, ella se aferró a él con fuerza, ella estaba temblando. Alessandro le dio palmaditas en la espalda hasta que ella logró tranquilizarse. _ ¿Una pesadilla? Abril asintió con la cabeza. _ ¿Quieres contarme cuál era tu pesadilla? _ No, prefiero olvidarla. Alessandro no quería forzar a Abril a que le contara cual había sido su pesadilla así que solo la abrazo y le dijo. _ Está bien, no tienes que decirlo si no quieres, solo no olvides que ya no estás sola yo estoy contigo. _ Si. Abril se quedó un rato más en sus brazos, hasta que alguien tocó la puerta,