Rose miró las preguntas escritas de su puño y letra en el improvisado informe que habia elaborado de momento pasa si misma y tamborileó con un bolígrafo sobre la hoja de papel mientras dejaba a su mente divagar
Llevaba en el pueblo apenas una semana, habia venido para visitar a su abuela, la señora mejor de avanzada edad, Amelia no habia dudado ni un segundo y habia conseguido el puesto “perfecto” en su tienda para ella, trabajar de cajera para ayudar a su abuela no era algo que le disgustara, era rápida y precisa cuando de cuentas se trataba asi que el trabajo era pan comido para Rose, en todo caso le proporcionaba la excusa perfecta para saber más sobre el hermoso —asi como misterioso pueblo— al tratar con sus habitantes, sus clientes
Justo en ese momento se encontraba en la tienda, a
