En su habitación, Alex buscaba cualquier excusa en su mente para no bajar y enfrentar a sus respectivas parejas.
Decir que estaba avergonzado por lo que habían presenciado la noche anterior era un eufemismo, porque en ese momento realmente quería morir de la vergüenza, esconderse en un lugar lejano y no ser encontrado nunca.
Había pasado los últimos años escuchando aquel chantaje emocional, suponía que para ese momento, ya debería de haberse vuelto inmune, pero aun así...
Aun así, cada vez que escuchaba esas frías palabras de su padre, esa acusación de su madre, simplemente le volvían a golpear como la primera vez.
Era por ello que siempre prefería simplemente seguirles el juego de una familia feliz que fingían en cada llamada, para evitar ese dolor que los dos le provocaban.
Alex sab
