Cuando Alexander abrió sus ojos, su primer instinto fue observar los costados de su cama, comprobando que reamente se encontraba solo. Al verificarlo, un suspiro escapó suavemente, al mismo tiempo en que su lobo comenzó a quejarse ante la ausencia de ambos hermanos Donnelly, culpándolo de haberles dejado ir. Rodando sus ojos, el omega rodó hacia un costado y no pudo evitar enterrar su rostro en la almohada al percibir cierto aroma a menta. Girando hacia el otro lado, su nariz capturó la esencia a eucalipto y su lobo inmediatamente se calmó un poco al verse rodeado con el aroma de ambos alfas. Una parte dentro de Alex, también se sintió mucho mejor al tener ambas esencias, calmando esa ligera presión que había aparecido silenciosamente en su pecho ante la posibilidad de verse solo. Aunq