CAPÍTULO VEINTISÉIS Thor caminó durante horas a través de los sinuosos senderos del bosque, pensando en su encuentro con Gwen. No podía borrarla de su mente. Su tiempo juntos había sido mágico, mucho más allá de sus expectativas, y él ya no se preocupaba acerca de la profundidad de sus sentimientos hacia él. Era el día perfecto, excepto, por supuesto, por lo que pasó al final de su encuentro. Esa serpiente blanca, tan rara, y ese mal augurio. Fue una suerte que no los hubiera mordido Thor miró a Krohn, caminando con lealtad a su lado, feliz como siempre, y se preguntó qué habría pasado si no hubiera estado ahí, si no hubiera matado a la serpiente y salvado la vida. ¿Estarían muertos ahora? Él siempre estaría agradecido con Krohn, y sabía que tenía un compañero de confianza de toda la vid