CAPÍTULO VEINTICINCO Gwendolyn caminaba sola por el castillo, por la escalera de caracol, serpenteando hacia la cima. Su mente daba vueltas pensando en Thor. En su paseo. En su beso. Y después, en esa serpiente. Ella ardió con emociones encontradas. Por un lado, ella había estado eufórica por estar con él; por el otro, estaba aterrorizada por la serpiente, por el presagio de la muerte que trajo. Pero ella no sabía para quién, y no conseguía quitárselo de la mente tampoco. Ella temía que fuera para alguien de su familia. ¿Podría ser para uno de sus hermanos? ¿Para Godfrey? ¿Para Kendrick? ¿Podría ser su madre? O bien, ella se estremeció al pensar siquiera, que fuera para su padre. La visión de esa serpiente había arrojado una sombra negra en su día de alegría, y una vez que su estado de