CAPÍTULO DOCE Gareth estaba en el mercado lleno de gente, usando una capa, a pesar del sol del mediodía, sudando debajo de ella y tratando de permanecer en el anonimato. Él siempre trató de evitar esta parte de la Corte del Rey, esos callejones llenos de gente, que apestaban a humanidad y a hombre común. Alrededor había gente regateando, comerciando, tratando de obtener uno del otro. Gareth se detuvo en el puesto de la esquina, fingiendo interés en la fruta de un vendedor, con la cabeza baja. A unos centímetros de distancia estaba Firth, al final del callejón oscuro, haciendo lo que habían venido a hacer aquí. Gareth estaba escuchando la conversación, dando la espalda para no ser visto. Firth le había hablado de un hombre, un mercenario, que le vendería un frasco de veneno. Gareth que