Max
Tras una mañana un poco incómoda, Ragnar me dijo que visitaríamos a un amigo, nos arreglamos y luego de media hora llegamos a una casa enorme y lujosa, una señora nos da la bienvenida y nos lleva al jardín que es gigante, tiene un sector con muchos girasoles que me recuerdan a mamá, entonces un hombre en sus sesenta años aparece saludando a Ragnar.
—Buenos días hija, es bueno verte otra vez.
—Buenos días Tony, quiero presentarte a alguien, él es Massimo D'Porti.
—Mucho gusto, puede decirme Max —le extiendo mi mano muy cortés.
No sé por qué al verlo me genera una sensación familiar.
—El placer es mío Max, soy Antonio, pero puedes decirme Tony —responde en el mismo tono estrechando mi mano.
Nos sentamos en una mesa donde habían servido chocolate caliente y algunos bocadillos deliciosos, perfectos para el frío clima otoñal que acompaña la amena conversación que tenemos con Tony, él es amable conmigo y escucha con mucha atención lo que le digo, me trata como su igual lo cual me gusta.
—Gracias por todo, estaba delicioso.
—Me alegro que te guste Max.
—Tony ¿Usted no tiene familia que lo visite hoy? No me lo tome a mal, es solo que los domingos suelen ser más para ese plan y no quisiera molestar a su familia con nuestra visita —veo que Ragnar y él dan una ligera sonrisa.
—Eres muy directo Max, eso me gusta de una persona, la verdad es que mi hija falleció hace un tiempo y mi hijo no sabe que existo al igual que mi nieto, así que no tengo familia que me visite.
—Lo siento, no era mi intención hacerlo sentir mal —mencioné avergonzado ante el comentario, pero él no parecía enojado u ofendido.
—Tranquilo que no lo hiciste, antes me gusta que seas honesto, es algo que la gente suele perder con el tiempo.
—¿Y no ha considerado buscar a su familia? Su nieto estaría feliz jugando en un lugar como este, yo al menos lo usaría para dibujar y leer.
—No lo sé, quizás mi hijo me rechace por mis errores del pasado y me dolería mucho ver el odio en su rostro.
—Pero al menos lo habrá intentado, usted será quien dé el paso y eso le demostrará que le importa, ya si lo perdona o no será decisión de él —me sonríe revolviendo un poco mi cabello.
—Eres un buen chico Max, voy a pensarlo y ya veremos qué pasa.
Pasamos una tarde muy tranquila, le conté sobre mi vida en el colegio, algunas de las odiseas que pasaba hasta que apareció Rag en mi vida, también sobre mamá y mi tío Dániel. Hubo un momento en que me fui a la zona de los girasoles a dibujar mientras ellos hablaban, cuando terminé mi dibujo regresé a la mesa enseñándoles el resultado, estaban los girasoles y a un lado ellos dos de perfil mirándolos. Mi bella noche me regaló una hermosa sonrisa que aceleró mi corazón, Tony estaba encantado con el dibujo llegando a felicitarme por mi talento, así que decidí firmarlo y regalárselo, luego de eso fui al baño a refrescarme un poco.
Ragnar
—No puedo creer que en verdad esté aquí, es un joven increíble, aunque me sorprende que no tenga mucho de Helena.
—Lo mismo pensé cuando lo vi la primera vez ¿Y harás lo que te dijo?
—Es muy inteligente, quizás sí lo haga, si la vida me dio otra oportunidad no veo motivos para no tomarla, al menos lo habré intentado como bien dijo él —presiona mi mano gentil. —Gracias otra vez por dejarme conocerlo.
—Debía cobrar esa carta de alguna forma.
—Igual te debo mucho, has hecho demasiado por mi familia y por mí y por eso te estaré eternamente agradecido, me gustaría que el próximo domingo volvieran con Dániel, pero si puedes traerlo antes para hablar con él sería mejor, creo que no hay que dejar pasar más tiempo.
—Veré qué puedo hacer.
(…)
Max
Llegada las cuatro de la tarde nos despedimos de Tony, nos invitó a visitarlo el próximo domingo y por supuesto aceptamos encantados.
—Max, quizás sea un poco atrevido de mi parte, pero quisiera pedirte algo.
—Si está en mis posibilidades, claro.
—¿Podrías llamarme abuelo de aquí en adelante? Me gustaría sentir esa dicha por una vez, solo si quieres, no quiero forzarte a nada ni mucho menos hacerte sentir incómodo.
Siento un poco de pena por él, pero lo entiendo, yo no conozco a mis abuelos y sería bueno tener uno aunque sea falso.
—Está bien, pero solo si intenta hablar con su hijo —no perdía nada con intentarlo, él quería a su familia a su lado.
—Gracias Max, lo haré.
—De acuerdo, entonces nos vemos el próximo fin de semana abuelo Tony.
Vi cómo sus ojos se cristalizaron, una sonrisa llena de mucha nostalgia se dibujó en su rostro y me dio un abrazo, aunque se notaba que estaba nervioso le regresé el gesto, a fin de cuentas, sé lo que se siente estar solo y más sin tu familia cerca.
—Muchas gracias Max, cuídate mucho y me alegra haberte conocido.
—Lo mismo abuelo Tony, adiós.
—Cuídate hija, gracias por todo.
—No te preocupes, cuídate.
Al llegar a casa saqué mi block, dibujé un retrato del abuelo mientras estaba en la sala y Ragnar se acercó para leer un rato, era agradable tener un momento así. Al terminar, fui a darme una ducha para preparar la cena con ella, estuvimos hablando de algunas cosas de la escuela en todo este tiempo hasta que llegó la hora de dormir y acompañé a Rag en su cuarto en lo que terminaba de arreglarse, aunque en realidad era mi pretexto para dormir con ella.
—¿Qué tal te pareció Antonio?
—Es una buena persona y no me generó una mala impresión en ningún momento.
—¿Qué pasa? —pregunta al verme pensativo.
—Nada, quisiera que Tony fuese realmente mi abuelo, haría tantas cosas con él, hablaríamos de tantos temas y escucharía sus historias, espero que pueda reconciliarse con su familia para que no esté solo.
—Eso es algo que depende de ellos, nosotros solo podemos desearle lo mejor, aunque al menos hoy ganó un nieto.
—Y yo un abuelo, y aunque sea falso me hace feliz.
—Solo es falso si lo ves de esa manera, recuerda que las familias no se unen solo por la sangre.
No pude evitar sentirme mejor acoplándome a la idea de ver a Tony como un abuelo, igual Rag y Robert comprenden bien ese concepto siendo los mejores ejemplos de vida ante este tipo de familias.
—Tienes razón, quizás cuando se reconcilie con su familia pueda conocer a su nieto, así seríamos amigos.
Y con eso dicho los dos nos acostamos a dormir en su cama, sin preguntas ni permisos, solo los dos en ese pequeño y cálido espacio, me dejé llevar por su aroma repartiendo una suave caricia en su mejilla y la vi cerrar sus ojos de a poco, es como si se entregara a mí, como si la hiciera sentir a salvo, y ahí, con ese gesto, yo también caí en un profundo sueño resguardado en su compañía.
(…)
Hoy había decidido levantarme un poco más temprano de lo usual para hacer el desayuno, me encontraba ya arreglado y con la comida servida, fui a la habitación de Ragnar a preguntarle algo y escucho que habla por teléfono, entonces me acerco a la puerta percatándome de algo que nunca llegué a imaginar.
Se encuentra semidesnuda, solo tiene una braga negra y su cabello recogido en una cola alta, pero lo que llama mi atención son las cicatrices en su cuerpo, especialmente las de su espalda, son demasiadas, algunas se ven incluso más graves que otras. Ahora entiendo por qué nunca usa ropa que muestre mucho su piel y aun cuando lo hace lleva puesta su campera o algún suéter encima, sí había visto unas pocas en sus brazos, pero eran muy superficiales.
Me retiro silenciosamente dirigiéndome al baño donde pongo un poco de agua en mi cara, es una imagen que no podré eliminar de mi mente ¿Quién podría odiarla tanto como para dejarla marcada de esa forma? ¿Cuándo pasó eso? Mil preguntas taladraban mi mente. Debía calmarme o ella se daría cuenta de que algo me pasa y tener que contarle que vi esa escena podría ser difícil para ella, no quiero tocar temas del pasado que podrían ser muy duros y la lastimen, aunque ahora creo entender un poco más el motivo por el que me dijeron eso Liam y Rob aquel día.
Respiro profundo para intentar calmar mi corazón que está agitado y haciendo una presión horrible en mi pecho, así que saco fuerzas y me concentro en otras cosas. Desayunamos tranquilos, ella no comentada nada ni yo hago notar mi angustia, seguimos la semana como si nada y enfoco mis pensamientos en todo menos en esa imagen, eso lo guardo solo cuando estoy en la ducha que es donde puedo dejar ir esa furia al pensar en la o las personas que pudieron hacerle eso, lloro por la impotencia y dejo que el agua se lleve todo esto que siento.
Ragnar
La semana fue mejor de lo que creí, pensé que Max podría darme problemas de algún tipo, sobre todo por esas pesadillas, pero fue fácil de sobrellevar… aunque ahora me gané un enano invasor en mi cama. El único problema fue cuando estaba hablando por teléfono y me olvidé por completo de cerrar la puerta de la habitación, pude sentir cuando estaba detrás de mí mirándome, sabía que repasaba las cicatrices en mi cuerpo, seguí con la llamada puesto que si lo enfrentaba eso lo haría sentir mal y muchas preguntas vendrían a colación, siendo un tema que no tocaría con él a esta edad, quizás en unos años.
Desde ese momento los dos actuamos como si nada hubiese pasado, él se esforzaba mucho por no mostrarse afectado ante lo ocurrido y yo fingía no saber nada, pero al salir del baño sus ojos estaban rojos de tanto hacer presión en estos, más las lágrimas que derramaba. Siguió durmiendo conmigo abrazado, procuraba arroparme bien con el cobertor y encima ponía su mano, no sé si era por asco o porque sentía podría lastimarme. A veces lloraba en sueños, pero no volvió a despertar abruptamente, igual yo solo acariciaba su cabello tratando de calmarlo, lo cual surtía efecto, me dolía pensar que él había visto eso que guardaba con tanto recelo de sus ojos, no quería que tuviese esa imagen de mí, pero supongo que todo pasa por algo como diría Livi.