Max
Tras leer la carta, tomé la de mi tío Dániel rápidamente y procedí a leerla, aunque no permití que nadie cogiera la mía. Al analizarlas bien no tuve dudas de lo que debía hacer, así que fui a mi habitación, guardé algunas cosas en mi maletín y regresé a la sala para abrir la caja, al percatarme de su contenido sonreí internamente dándome el último grano de valor que necesitaba.
Desde hace un tiempo le había dicho a Rag que quería una campera de cuero negra como la de ella y ahora por fin la tenía como obsequio de la persona que tanto quería. Me quité la que tenía y me vestí con la nueva, no sé si era realmente así o solo producto de mi imaginación al querer verla otra vez, pero sentía su aroma en ella.
Todos los recuerdos que había hecho con Rag hasta ahora vinieron a mi mente, las salidas, sus sonrisas, las miradas, ese lenguaje que creamos en silencio, los consejos, incluso su cuerpo marcado se coló entre los recuerdos, no sentí dolor al ver esas cicatrices en mi mente, sino una fuerte necesidad de abrazarla y sentirla a mi lado como ha sido en estos últimos meses desde que la conocí. Tomé nuevamente mis cosas y estaba dispuesto a salir cuando mi tío me detuvo.
-¿Piensas ir a buscarla realmente después de todo esto?-
-No, pienso hacer que ellos dos- señalo a Robert y Liam -me digan dónde está, para que tú y yo la busquemos y la traigamos de regreso a la ciudad-
-Max nosotros no sabemos en dónde está, solo se fue- dice Liam.
-Además de que no iré por ella y tú tampoco- responde mi tío muy firme.
-Debe haber una forma de encontrarla es imposible que desapareciera sin decirle a nadie-
-Créeme, no lo es- dijeron los hermanos al unísono.
Soy un idiota, cómo no lo pensé antes.
-Eso es, Liam, llama a tu padre-
-¿¡Qué!? Ahora si perdiste la cabeza, no pienso hacer algo así-
-Solo llámalo, deja de ser cobarde que él no muerde-
-Se nota que no lo conoces-
-¡Deja de dar excusas niño mimado y llámalo de una vez!-
Vi como todos se quedaron asombrados por mi reacción, no creyeron que diría algo así ni mucho menos que le terminaría gritando a alguien, pero estaba desesperado, tenía que encontrarla como sea y ellos no colaboraban demasiado.
-De acuerdo cálmate, sé que te importa, pero no tengo la culpa de lo que pasó-
Sé que no tiene la culpa de nada, pero tampoco aceleraba mis planes con esa terquedad. Liam procedió a hacer la llamada hasta que Marcus contestó.
-Bien, ¿qué quieres que le diga?-
-No quiero que le digas nada, solo pásame el teléfono-
Tomé el móvil con una seriedad tal que me olvidé por un momento de todo y todos, creo que si Vero me viese en este momento diría que parecía más un hombre dispuesto a recuperar a la mujer que amaba, y de hecho, es así, Ragnar significa demasiado en mi vida y no estaba dispuesto a perderla.
Es verdad que me lastimó demasiado saber todo eso de un solo golpe, puesto que era mucho para asimilar, pero luego de leer esas cartas y recordar todo lo que hemos vivido juntos en estos meses, no me cabe ninguna duda de que todo lo hizo por mí.
Quizás al comienzo lo hiciera pensando en la última voluntad de Helena, pero si ella llegó a cambiar sus planes quedándose a mi lado es porque sí le importaba y si Ragnar estuvo dispuesta a hacer tanto por mí hasta el día de hoy, entonces yo haría lo mismo para recuperarla así debiese hacer un trato con el diablo, o peor, con su padre.
-Buenas tardes señor Jhonson-
-Vaya, quién creería que alguien aparte de mi hija le diría algo así a él, imagino que debes ser Massimo D’Porti ¿no es así?-
-Así es, quiero hacer un acuerdo con usted ¿está dispuesto a escucharme y negociar?-
-¿¡Qué!? ¿estás loco? No tienes ni idea de con quién hablas- dice Liam.
Él y Robert me miraban preocupados y como si fuese un loco por lo que había dicho, mi tío no entendía el motivo de sus rostros y esas palabras, pero eso bastó para que él colocara esa cara de preocupación.
-Adelante, ¿qué deseas?-
-Quiero que me diga la ubicación exacta de Ragnar-
-¿Por qué piensas que lo sé?-
-Porque ella confía en usted y sé que al llegar a la ciudad ustedes, su familia, serían las personas que vería primero, así que solo usted debe saber en dónde se encuentra-
-Y de saber esa información ¿qué ganaría de eso? Porque como entenderás traicionaría la confianza de mi hija por ti y ella es más importante que tú-
-Justamente por eso me lo dirá, le daré carta blanca, mi abuelo me explicó las condiciones de tenerla así que no tengo problema con eso y sé que desea tener de nuevo a su hija cerca de usted-
-Max estás loco, no puedes darle carta blanca a un hombre como mi padre-
Sí, estaba demente por hacer una cosa de esas, cuando mi abuelo me dijo que trabajaba como mafioso y me contaba historias sobre cómo se mueven las cosas en el bajo mundo, una de ellas eran esas famosas cartas, sabía que me estaba metiendo en la boca del lobo al ofrecer algo así, pero bien valdría la pena.
-Silencio Liam no me dejas escuchar-
-Muy bien jovencito te diré dónde está, pero a cambio no habrá carta blanca, sino que me darás algo más importante-
-Lo que sea- respondí sin un ápice de duda.
-Tienes que traer de la forma que sea a mi hija, la quiero de vuelta, sino, preocúpate por desaparecer o me encargaré de desaparecerte-
-Tenemos un trato señor Jhonson, ahora dígame la ubicación por favor-
Tomé rápidamente un papel y un bolígrafo y escribí la información.
-Muy bien, en unos treinta minutos baja y entrégale la dirección a Jhon, él te llevará con ella, solo espero que respondas por tu p**o D’Porti porque soy un hombre de palabra-
-Yo también soy un hombre de palabra Marcus Jhonson y considere desde ya esta transacción realizada-