39. PONIENTE

1614 Words
Terminamos de bañarnos, nos arreglamos, tomamos nuestras armas y salimos en el auto de él directo al muelle donde estaban todos listos para hacer la entrega de la mercancía, dos de sus hombres se harían cargo desde el techo con los rifles y nosotros nos infiltraríamos entre el personal. Mis hombres llegaron en cuatro camiones, vi cómo los requisaban uno a uno al igual que los vehículos, el barco estaba llegando y una vez listo comenzaron a abrir las puertas. Bajaron toda la mercancía, entre los dos traidores revisaban una a una las cajas y una vez dieron la señal, el personal se fue acercando para cargarla e ingresarla a los camiones. —Aun con el disfraz, se te ve increíble ese trasero Ragnar —susurra en mi oído en lo que lo agarra con fuerza para luego alejarse. Por eso adoro esta vida llena de acción, sexo y las mejores parejas en el mundo para ello, creo que de no ser por Max habría regresado del todo a la Orquídea, pero no quiero exponerlo a esto. Nos tomó algunas horas subir todo pues esos idiotas revisaban minuciosamente cada cosa, el atardecer se aproximaba y solicitaron traer dos camiones más para una mercancía extra, algo que no estaba programado por ninguno. Bayek y yo nos miramos para ponernos en posición, ordenó a sus hombres para que llevaran otros camiones rápidamente y luego del mismo proceso con los otros, ellos abrieron un contenedor con al menos cincuenta mujeres entre trece y treinta y cinco años. Las cosas se pondrían muy mal en este punto, no sabíamos a dónde irían todas ellas, pero sea quien sea la persona involucrada en esto también podía manchar a la organización con tráfico humano. Las hicimos ingresar en los vehículos, pude hablar con una de ellas rápidamente y dijo que todas venían de diferentes partes, estaban secuestradas desde hace dos semanas y hace poco las hicieron entrar al barco para traerlas. Le dije que se calmara pues las sacaríamos de inmediato, pero debían guardar silencio para evitar alertar a los demás. Uno de los trabajadores entra con una joven y comienza a tocarla, ella logra abofetearlo por el miedo y el sujeto la golpea en el rostro haciéndola caer, estaba a punto de irse contra ella para violarla, pero pateé su rostro alejándolo lo suficiente, nos fuimos a los golpes y me aseguré de sacarlo del camión. Una vez fuera le hice una señal a la chica con la que hablaba y ella asintió con la cabeza, cerré las puertas con seguro e hice la señal para que salieran de ahí con ellas, el otro camión todavía estaba siendo cargado, pero al ver lo que ocurría todos se acercaron y el muy imbécil se va contra mí, los demás se quedan observando mientras nosotros seguimos en la pelea, pero las cosas se complican en el momento que él quita mi gorra dejando mi cabello expuesto, aprovecho esos dos segundos que él queda en shock y golpeo su tráquea, ahora es todo o nada. Corro para ponerme a salvo de los guardias que comienzan a dispararme, todo se vuelve caótico, busco unos puntos donde mis hombres habían dejado unas armas y comienzo a disparar. El fuego cruzado es intenso, los francotiradores cuidan de nosotros y de pronto una lancha sale a toda velocidad por la bahía con esos malditos, le hago una señal a Bayek para que vaya tras ellos y yo me quedo cuidando de que nadie interfiera con la persecución, recibo un par de tiros, pero nada grave. Corro hasta un vehículo que había a dos cuadras evitando las balas y quiebro la ventana para ingresar, acelero tanto como es posible, tengo en la mira a todos en el mar, algunos autos vienen detrás de mí disparando nuevamente y acelero un poco más, pero uno de ellos logra alcanzarme golpeando por detrás. Veo que Bayek comienza a dispararles, voy a fondo con el acelerador, calculo bien la distancia para dar vuelta al muelle y una vez hago el giro uno de los autos logra ingresar conmigo, acelero nuevamente, pero el cretino me golpea haciendo que el auto salga disparado al agua, me cubro rápidamente y esta rompe el cristal, voy hundiéndome, quito como puedo el cinturón en las profundidades para salir por la ventana, pero el aire es difícil de mantener por el frío a medida que desciendo. Nado tan rápido como es posible a la superficie y escucho un tiro en cuanto asomo mi cabeza para tomar aire, debo intercalar entre ponerme a salvo bajo el agua y buscar a Bayek. En una de esas salidas escucho más disparos y a él gritando mi nombre, sigo nadando hasta que él logra llegar y subo a la moto acuática detrás de él, vuelvo a cargar las armas y sigo disparando a los hombres del muelle hasta lograr derribarlos. —¿Estás bien? —Sigo viva, avanza que debemos detenerlos aquí como sea. Éste acelera, volvemos al fuego cruzado con la lancha de ellos, por suerte mis hombres logran alcanzarnos y varios se van desplazando hacia nosotros para rodearlos, doy algunos tiros más para desarmarlos y ellos se acercan finalizando esta persecución. Subimos a la lancha con todos los demás, los idiotas son esposados y volvemos a tierra en minutos, al llegar, Bayek da la orden para que sean llevados a su refugio mientras nosotros nos dirigimos a su apartamento. —Traeré algo de ropa ve a darte un baño. Quito todas mis prendas para tratar primero las heridas, son superficiales así que no hay problema, luego entro a la ducha abriendo el agua caliente, aunque no me guste mucho bañarme con ella sé que es necesario por esta vez, de pronto escucho que entra un mensaje a mi móvil y salgo para ver su contenido. —Mierda —murmuro. —¿Qué ocurre? —pregunta Bayek al entrar con una toalla. —Debo irme, con todo este asunto había olvidado un compromiso. —Lástima, me habría encantado que lo celebráramos. —Lo siento, será para la próxima, pero prometo visitarte pronto para cobrar esa celebración. Toma mi nuca con fuerza para besarnos con pasión encendiendo de nuevo esa llama, si esa lengua no fuese tan increíble sería más fácil rechazarlo. Siento dos fuertes nalgadas que pringan mi piel de una manera sensacional, me aferro más a su cuello y retiro sus prendas rápidamente hasta dejarlo desnudo. —Me harás llegar tarde. —Te llevaré y llegaremos a tiempo, es mejor tarde que nunca. —¿Hablas del sexo o de mi compromiso? —Las dos. Da otra fuerte nalgada que me saca un agudo gemido y bajo repartiendo besos y mordiscos en su increíble cuerpo, introduzco su gran falo en mi boca dando atención especial a la punta de mi vicio, mi mano se desplaza hacia lo largo y la otra acaricia ese firme culo que tiene mientras dejo nuevamente mi marca con más intensidad. Sentí que estaba a punto de correrse luego de unos minutos y él me dice que lo deje caer en mi pecho, así hago y limpio los restos en él con mi lengua junto a una ligera succión que le hace gruñir. Me levanta enrollando mis piernas en su cintura y me penetra en lo que me apoya contra la pared, de nuevo este placer me invade por completo, esas presiones que deja en mi piel son más fuertes y sus chupadas en mis pezones son una locura. Es por este tipo de cosas que no abandono a mis amistades. —Fue una excelente despedida. —Había que celebrar la victoria Rag y no iba a dejar que te fueras sin un buen recuerdo. —Siempre me llevo los mejores de ti. Mi respiración es agitada al igual que la de él, una vez recuperamos el aliento nos damos un baño juntos y luego nos cambiamos, recorremos rápido las calles hasta volver a Brooklyn donde le indico la dirección y en minutos llegamos al lugar. —Gracias por ayudarme Rag, siempre es un placer compartir tiempo contigo. —Lo mismo digo, luego te contactaré para que me recibas como me merezco. —Eso no lo dudes, prepararé un buen banquete para ti y mis hombres estarán felices de verte otra vez. —Envíales mis saludos y gracias por todo —nos damos un último beso siendo de nuevo suave y pasional. —Es muy afortunada, espero que algún día me cuentes de ella. —Lo haré después; es una larga historia, cuídate. —Tú también. Abro la puerta, pero él me atrae para besarme una vez más con mucho deseo, esa lengua es un pecado para mí, pero uno que vale la pena disfrutar hasta el último segundo. Al separarnos mordemos nuestros labios con una gran sonrisa seguido de un casto beso. —Vete antes de que te lleve conmigo —dejo otro beso, salgo de allí y lo veo partir rápidamente en tanto camino a mi destino. Cuando veo el interior a través del ventanal lo veo con su cabeza agachada en la mesa y hago una señal de silencio a todos para que no me delaten, abro la puerta con cuidado y mi corazón se acelera a medida que me acerco. Al llegar a la mesa quedo en cuclillas y su aroma golpea mi nariz calmando mis latidos, es verdad, es mejor tarde que nunca y más porque no faltaría jamás a mi palabra. —¿Acaso no te he dicho que siempre debes tener la frente en alto? Él levanta su rostro dejándome ver esos hermosos ojos, no sé qué tiene de especial, pero siempre logra calmarme a través de ellos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD