Thiago POV'S
Su mirada llorosa penetrante me atravesaba hasta el alma, cuanto me dolía que estuviéramos en medio de esta situación, eso no era el amor que yo quería para nosotros, no quería un amor de rencores ni mucho menos de sufrimiento.
-Te ruego que me des otra oportunidad- me susurró en voz baja- nunca ha sido mi intención lastimarte ni mucho menos hacerte sufrir de la manera en que lo has hecho. Tratemos de resolver las cosas como dos adultos que somos y hablemos por parte las cosas que sucedieron. Puedo comenzar yo primero si me lo permites, déjame terminar de lavar estas losas y hablamos- me dijo limpiando sus lágrimas y poniendo asunto a los trastos.
-No, deja eso. Mejor lo haces después y hablamos justo ahora- le dije al verla tan afectada. Aunque siéndoles sincero no soy un hombre de que su mujer sea esclava de una cocina, el día que quiera hacer de comer bien, el día que no para eso estaba la de servicio.
En la casona siempre tuve a María para que me ayudara con la casa y me cocinara, ya que yo no sé hacer mucho que digamos, pero aquí en el departamento no le veía lógica a tener a alguien porque no era tan grande y podía simplemente pagarle a alguna persona para que la limpiara dos veces a la semana. De todas formas, a mí no me gustaba que mi dama se maltratara mucho si yo tenía la posibilidad de tenerla como una reina. Pero es como dicen por ahí, a veces uno tiene más de lo que merece y yo era uno de esos.
Ella asintió levemente, nos sentamos ambos en sillones diferentes en la sala.
-Realmente nunca me imaginé que iba a salir embarazada tan joven. Es que yo por eso nunca me atreví a tener relaciones con nadie, cuando me enteré de que estaba embarazada corriendo con mucho miedo te lo dije, todo el proceso de discusión por el cual pasamos a pesar de que me pediste perdón y cambiaste de una manera sorprendente queriendo el bebé, yo no podía olvidar nuestro caos, cosa que no me ayudó cuando tu propia madre empezó a culparte. Una lección que aprendí de todo esto es que guardar rencor es el daño más grande del mundo que uno mismo podría hacerse, ese sentimiento destruye muchas cosas inigualables e importantes. Saber que había perdido un bebe, mi hijo, tu hijo, me había destrozado y en ese momento más débil en el que estuve tu madre me agarro deshecha y sus calumnias me hicieron creer cosas que no eran ciertas, sé que me pediste que te creyera, sé que me suplicaste que me quedara contigo, sé que me rogaste para que no me fuera y no te hice caso, no te creí. No te imaginas el dolor que me causa saber que no lo hice, quisiera devolver el tiempo y escucharte, quedarme contigo, a tu lado. Así no hubiese pasado todo ese dolor y sufrimiento por el que también pasaste, porque no solo tú me extrañaste, yo también lo hice, aunque diga que mamá exageró con las cosas que te dijo a ti y a camilo, no fueron inciertas, me moría por ti, tu ausencia me enseñó la grandeza de mi error, por eso te pido perdón, por fallarte, por no creerte, porque me juzgo yo misma, pues nunca me mentiste en los meses que estuvimos juntos, y aun así yo me deje llenar la cabeza de barbaridades sobre ti- me dijo calmada mientras las lágrimas recorrían sus mejillas a medida de que me iba contando.
La miraba atentamente, no sé si lo había dicho antes, pero, hasta llorando me parecía la mujer más hermosa del planeta, juro que no hay nadie como ella.
-Al llegar con mi madre me refugie en sus brazos diciéndole que me habías dejado ir y que me dejaste volver con ella. Inmediatamente ella me hizo varias preguntas y se dio cuenta de lo enamorada que estaba de ti al describirte. Le dejé claro que ya no sentía nada por Peter, sin embargo, cuando fui a su casa a verlo porque mamá me había dicho lo mal que había estado, todo fue una mierda. Me amenazó con matarse si volvía contigo otra vez, tuve que decirle que no estaba enamorada de ti, entonces fue allí cuando para probarme me dijo que nos casaríamos porque esa era la única forma de el comprobar que decía la verdad, mi mundo se cayó por completo porque a quien yo amaba y traía metido en la cabeza eras solo tú, y me dirás, ¿por qué no simplemente le dijiste que ya no querías nada con él y que tenía que buscar ayuda psicológica, que no podía depender de mí? Y mi respuesta es que, a veces cuando pasas cierto tiempo al lado de alguien le tomas cariño, y temes por lo que le pueda pasar, no quieres mal para él, y eso pasa conmigo, conozco a su madre y se la falta que le haría no tenerlo con ella, es su único hijo. Yo no quería que fuera a cometer una locura. Pero dentro de mí me moría por que odiaba tenerlo cerca y saber que él no eras tú, me repugnaba que intentara tocarme, lo detestaba. Yo solo te quería otra vez de vuelta- me dijo entre sollozos.
Mordí mis labios y cerré mis puños aguantándome las ganas de besarla y abrazarla.
-Recuerdo tan bien las palabras de tu madre:
Inicio del flashback
-Hola, le habla el mafioso que secuestro a su hija. Me he enterado de que quiere hablar conmigo. ¿Dígame que se le ofrece y como no sé qué esto es una trampa para atraparme? - Le dije de un soplete tratando de ser lo más rápido posible.
-Le juro por mi hija que ahora está al borde de una crisis depresiva que esto no es una trampa. Antonella no deja de llorar por usted. No sé qué le hizo ni como lo hizo, solo sé que la tiene más que enamorada. No la he vuelto a escuchar reír, tiene que hacer algo- me dijo desesperada.
-Señora, ella fue la que se quiso ir, se va a casar mañana- le dije al teléfono.
-No se casaría si usted lo impide, vuelva por ella, secuéstrela, haga lo que sea para que mi hija no muera de tristeza, no estoy de acuerdo con lo que hace, pero a mí lo que me importa es que Ella sea feliz, y usted la hace feliz, así que llevesela, regrese por ella, haga lo que sea, pero no puede dejar que se case con Peter, usted es el único que puede impedir esa desgracia-
Fin del flashback
Luego de escucharla tan angustiada el que se quedó preocupado fui yo así que coordinamos como haríamos para yo llevarte conmigo y que tu no sospecharas nada. Yo de lo que tenía ganas era de cuando llegaras a la iglesia que estuvieras en frente de ese idiota hacer un atentado y matarlo justo en frente de todos allí para luego salir contigo en mis brazos, pero también pensé que no podía darle el gusto a ese imbécil de verte en vestido de novia y por eso te secuestré otra vez discretamente fingiendo que uno de mis hombres te iba a llevar a la iglesia, cuando el chofer al que tu contrataste, tu madre lo llamó diciéndole que se había cancelado la boda. Esta vez te secuestré de una manera muy elegante diría yo- dije sacando un porro de mi chaqueta, lo encendí llevándolo a mi boca, Antonella me miraba muy atenta negando con la cabeza.
-Deja de fumar, Thiago- me dijo aclarando su voz.
-Cuando te volví a ver que te desmayaste en mis brazos me quede embobado como de costumbre mirando la manera en que te habías desplomado ante mí, tuve tanto deseo de llenarte de amor en ese instante que bese tus labios mientras te encontrabas inconsciente, sabía que no iba a poder aguantarme- le confesé expulsando el humo de mi boca.
Se levanto del sofá y caminó hacia mi quitando el porro de mis dedos.
-Que haces? - le pregunte extrañado viendo cómo iba rumbo al zafacón.
Me levante del sofá yendo detrás de ella mirando como arrojaba el porro a la basura.
-Odio qué disfrutes tanto esa mierda- me dijo enojada enfrentándome
- Esa es la mierda que me obligaste a disfrutar en tu ausencia- le respondí
-Pues ya estoy aquí, es hora de que disfrutes de mi- me dijo sacándose su coqueto vestido quedando en ropa interior frente a mí.
Se me fue imposible no recorrer su cuerpo de arriba hacia abajo. Sonreí para mis adentros, cuanto extrañé mi niña traviesa.
-Tápate, por favor- le dije dándome la vuelta.
-Es enserio!? ¿Hasta este tipo de repulsión de tu parte tengo que soportar? - la escuché decirme con la voz en un hilo.
Me volteé viéndola marcharse, la manera en que sus glúteos se movieron fue algo maravilloso. Hacían un rejuego al caminar que me volvía loco.
-Antonella- dije su nombre, se volteó lentamente mostrándome sus ojos llorosos.
No pude aguantar más, no me pude contener, me acerqué a ella tomándola por la cintura apoderándome de sus labios besándola como tanto había deseado durante estos tres meses, cuanto me gustaba sentir sus labios otra vez, se sentía cabrón j***r.
-No quiero que me toques por lastima- me dijo separándose de mí y caminando hacia la habitación.
Sentía todo mi cuerpo arder, estaba prendido en llamas y era solo por ella, solo por ese simple beso que por más corto que pudiera ser, para mí lo fue todo.
La seguí quitando mi camisa. Quiso colocarse el vestido al entrar a la habitación, pero se lo logré quitar volviendo a tomarla por la cintura.
-Nunca te tocaría por lastima, no seas tonta. Si eres la mujer a quien más deseo de todo este planeta, ¿sabes las veces que me toqué a tu nombre mientras me duchaba porque no te tenía para hacerte mía? No sé cuántas veces me masturbé pensando en ese cuerpazo que tienes, en lo loco que me vuelves, ¿porque crees que te he evitado? Pues simplemente porque sabía que si me tocabas iba a caer rendido a tus pies porque no hay mujer que me encanté más tú, mi Antonella- le dije mirándola a los ojos mientras rozaba mis labios con los de ella al hablar.
-Fue muy feo, me sentí rechazada al pensar que ni siquiera querías tocarme- me dijo con aquella voz tan dulce casi haciéndome puchero.
-Déjame compensarte ese malentendido- le dije mirándola asentir.
Sonreí besándola apasionadamente levantándola del piso haciendo lo que más me gustaba, que ella enredara sus piernas en mi cintura.
Agarré sus nalgas entre mis manos apretando de ellas, caminando hacia la cama y depositándola cuidadosamente sin romper nuestro beso. Desabroché su sostén y acaricié sus senos para luego ir bajando poco a poco por su abdomen sintiéndola estremecerse por debajo de mi cuerpo, hasta llegar a su feminidad introduciendo mis manos por su braga sintiendo lo mojada y caliente que estaba. A penas introduje mis dos dedos en ella gimió de placer arqueándose de manera lenta.
Mordí sus labios y los solté por un minuto para dejar besos sonoros alrededor de su cuello.
-Thiago, éntralo. Éntralo ya, te necesito dentro ahora- la escuché suplicarme
Esas fueron las palabras que me hicieron explotar, me quite de ella para bajarme el pantalón y el bóxer mientras que ella misma se sacaba su última prenda.
Me acerqué a la mesita de noche y rebusqué entre las gavetas.
-Olvídate del gorrito, solo ven aquí- me dijo haciéndome sonreír como loco.
-Como me encantas maldición- le dije subiendo a la cama e inmediatamente besando sus labios posicionándome encima de ella apoyado de mis codos para no aplastarla, poco a poco fui introduciendo mi pene en su v****a sintiéndome en las nubes nuevamente.
-Dios, Thiago- me dijo entre jadeos al sentir el roce tan perfecto que provocaban ambas uniones.
-No nos volvamos a separar nunca más, no podemos estar uno sin el otro- le dije en un susurro sintiendo todo mi cuerpo lleno de placer.
-Nu...nunca....más- me dijo entre gemidos arañando mi espalda ante las fuertes embestidas que le estaba dando.