- Pueden agradecer al control de estudios el cambio que estoy a punto de anunciar- anunció algo molesto el profesor de cirugía durante una de las clases de nuestra primer semana- se supone que su grupo debe ser de solo 10 personas y en vista de que somos 30, tendremos que separarnos en tres clases a partir de ahora.
Sacó un portafolio y buscó entre sus papeles hasta encontrar nuestra lista de asistencia.
- Del número 1 al 10 en la lista, estarán asignados a las 7 am, y estaremos con Samuel y Judith, del 11 al 20, a la 1 pm y estaremos con Carlos y Erik, y el resto, a las 3 pm con Elia- rió como si algo le diera gracia con el ultimo grupo ¿que tenía de gracioso?
Sentía que era una clase de broma, porque yo era el grupo que se quedaba con Elia, al parecer las fuerzas ¿mágicas? del horóscopo tenían razón el día de hoy, las fuerzas cósmicas, o simplemente la vida decidieron regalarme un día con buena suerte, tendría un semestre con la residente guapisima.
- Los que no tengan clase a esta hora, nos vemos mas tarde, estudien, no quiero verlos si no saben del tema- dijo el doctor y salimos del aula.
Aproveche para ir a desayunar algo, tenía como una hora hasta la siguiente clase en la universidad.
Antes de las 3 pm, tome las cosas de mi casillero y fui al piso 11 del hospital adjunto a mi centro universitario, donde tenía mi clase. Intenté llegar temprano con la ilusión de ver a la residente antes de iniciar, pero el elevador tardó una eternidad en subir y llegué algunos minutos tarde. Estos elevadores siempre tenían la mala costumbre de retrasarte; había 5 en total y siempre funcionaban solo 2.
- ¿Puedo pasar?- pregunté a la residente del día anterior al llegar a la sala.
- Claro, pasa- dijo Elia sin mucho ánimo, solo estaba ella y 6 de mis compañeros, el doctor aún no había llegado y dudaba que lo hiciera, cuando mandan al residente creen que tienen el derecho de no volver.
- Empezaré con ustedes en vista de que los otros tres no llegan. El doctor tuvo una cirugía de urgencia y seré yo la que esté con ustedes este día- nos explicó- sin embargo, me dejó un tema para exponer, pero antes, ¿están aquí...- comenzó a decir y verificó en la lista- Daniel y Abril?- preguntó mirándonos a todos.
- Yo- levanté la mano para que me viera.
- Okay, y supongo que eres Abril- asentí con una extraña mueca en mi rostro mientras ella reía un poco- vamos, compañera, no me observes así, es broma- dijo riendo- ¿no está Daniel?
- No- le respondí con timidez.
- Entonces, supongo que seras solo tu. Mañana tendrás que venir a guardia al servicio, que en realidad no es una guardia, solo una cirugía a las 9 am. Te quiero en piso 12 quirófano 2, necesito que estudies acerca de lo que se hará, y quiero dejar algo en claro, si los residentes, internos o el doctor no se los han dicho, no me conocen por ser linda con los estudiantes a los que no les interesa aprender o no muestran tener ni un poco de aprecio por la clase- dijo muy seria a diferente de su comentario anterior. Me gustaba mas cuando reía.
- Y...- dije nerviosa- ¿sobre qué tengo que leer?
- Investigalo tu- dijo sonriendo con superioridad y miró al resto del grupo.
Lo que tenía de linda, lo tenía de malhumorada, supuse.
Nos explicó un tema del programa de la materia y nos dejó salir quince minutos temprano. Todos guardaron sus cosas y se apresuraron a salir a diferencia de mi.
- ¿Abril?- me habló cuando estaba por salir- ¿me das cinco minutos?
- Claro- sonreí y regresé a sentarme cerca del escritorio para esperarla.
Salió de la sala y volvió un par de minutos después. Buscó algo en su mochila y me pasó una hoja.
- Odio esto de hacerla de maestra, simplemente no se me da- dijo medio enfadada al desorganizar todas sus cosas.
- Pues, si sirve de algo, la clase estuvo genial- dije amable.
- Bueno, gracias- dijo seca y seria- en esa hoja está lo básico que debes saber para mañana, te espero puntual y presentable- dijo pasándomela y un poco más relajada.
- ¿Ya no eres tan mala?- intenté bromear.
- No te acostumbres, tendré piedad por ser tu primer día conmigo- me dedicó una sonrisa y se levantó- te veo mañana, espero que no duermas nada por estudiar el tema.
- Ay- me quejé- tenlo por seguro.
Sonrió de lado y salió de la sala, dejándome con una sonrisa de estupidez infinita en el rostro.