Capitulo sesenta. Sofia.

1698 Words
Siento alivio en el momento en que el avión toca tierra, un capítulo de terror de la vida de Nicholas se acabó, y por lo tanto no me afectara más a mí, o eso es lo que creo yo. Mientras el avión hace el carretaje pienso en todas las cosas que han cambiado y aprovecho para verme en el reflejo del celular, realmente he cambiado, me veo tan diferente que me cuesta cree que soy yo, no mas el maquillaje que uso, las uñas arregladas, así como la ropa que llevo, no se compara en nada con la que tenia hace mas de un mes, de jeans baratos, maquillaje que casi nunca usaba, y ni hablar de mis manos, estaban callosas producto de tanto trabajo desde niña y las uñas cortas, ahora están tan suaves que no parecen las mías. Ante el toque de mano de Nicholas me pongo de pie, para bajar del avión, y veo ahora mi reflejo en un espejo acomodado a un lado, y en definitiva no me parezco. Mi cara luce diferente, cabello y postura, en definitiva, me veo mas bonita, mas elegante, mas adulta y menos asustada. Veo de Reojo a Emma, me recuerda la que fui hace un tiempo atrás, intentando esconderse del mundo, queriendo ser invisible, llena de dolor, miedos y sorprendida de todo lo que ve que quiere más. Al llegar a casa Nicholas me pide que acomode a su hermana en la habitación de visitas, para luego ir por Gabriel y darle días de descanso a Sandra y Luisa, quienes estuvieron trabajando todo este tiempo. Cuando abrazo a mi pequeño siento un alivio impresionante, no pensé que podría extrañarlo tanto, y prometo no darle la vida de Nicholas o Emma, no importa lo que suceda lo cuidare en todo el momento, y le acompañare a tener la vida que sueña. Cuando llegamos a la habitación de visitas, ella cargando lo poco que tiene, mira impactada cada espacio, para luego girarse a mirarme a los ojos. —¿Mi hermano en serio vive en esta casa tan grande? —Si, esta es la casa de tu hermano, aunque dentro de poco tal vez nos cambiemos a una un poco más pequeña, pero de un terreno más grande. — ¿y por qué se cambia si esta es bonita? —pregunta sorprendida. —La otra también, ya verás, y ahora me voy a hacerle un favor a tu hermano. —Tranquila y gracias —dice mirándome a los ojos— por no dejarme allá, por ayudarme a venir hasta aquí. — Nunca te hubiese dejado —digo tranquila — ¿quieres cenar con nosotros? —No, quiero descansar, además no estoy acostumbrada a comer tanto y creo que he comido todo lo que se me ha cruzado por el frente, y ahora no me provoca nada más. Asiento para dejarla sola, y sin más se fue a dormir apenas llegamos, me gustaría saber que piensa o que siente para poder ayudarle, pero contrario a ello se encerró, y no acepto compartir con nosotros una película y pizza, ni mucho menos quiso cenar, así que no tengo mas remedio que dejarla tranquila, hay un proceso normal para asimilar lo que sucedió, hacer los duelos que requiera, sanar y llorar, luego se sentirá mejor y ruego que empiece a convivir con nosotros, al final, seremos familia. El lunes me despierto con una sensación de peso en mi pecho, me siento lenta y cansada, todo lo contrario, a Nicholas que esta enérgico caminado de un lado a otro, enumera sus pendientes y dice que es el inicio de una nueva etapa, en definitiva, no lo entiendo, ayer se sentía fatal, se sintió humillado y ahora es como si nada hubiera pasado, y creo que esa es la forma como hace sus duelos, aunque ya lidiara de ese tema con Elton. — ¿Cómo te sientes Sofia? —pregunta al despertarnos. —Fatal, no se porque estoy tan cansada, no me siento nada bien hoy… —Si quieres descansa un rato mas y no me encargo de Gabriel. Sonrió y dejo que él se haga cargo de algunas cosas, sin embargo, no puedo durar tanto tiempo quieta en cama, así que termino por ponerme de pie e ir a la ducha, tal vez un baño me despierte y me ayude a ver la vida de otra forma. A las nueve de la mañana, Nicholas me pide que revise a Emma, quien se acaba de despertar después de dormir desde ayer en la tarde y se prepara para bañarse, la veo mucho mas feliz y tranquila, solo que no habla mucho, realmente solo hace sonidos con su garganta como respuesta. Cuando bajo al salón me encuentro con los trabajadores reuniéndose en torno a Nicholas, mientras pienso en un sinfín de posibilidades, ¿Qué querrá hablar con todos? ¿tal vez sobre su hermana? ¿Sera sobre la próxima mudanza? o lo que más me asusta, sobre nosotros, ¿Qué pensaran al enterarse que somos novios? Y tal como lo supuse su primer anuncio es sobre su hermana, llegamos ayer domingo y hoy el día apenas comienza, así que nadie sabe de ella, por lo que todos se sorprenden al enterarse que el jefe tiene familia, es la primera persona que trae a casa. Además, que por la instrucción que dio ella es como otra jefe, y tal vez una muy quisquillosa, no sabemos cómo se puede comportar al salir de su encierro que ha vivido por años para ahora vivir en una mansión con servicio y mucho dinero. Lo que me toma por sorpresa es cuando anuncia nuestro noviazgo, todas las miradas viajan hasta mi e instintivamente bajo los ojos al piso, todos me observan sorprendidos para luego elevarse unos pocos murmullos. Oficialmente empezamos nuestro noviazgo y ahora viviremos juntos en la mansión y Gabriel tendrá su habitación dentro de la casa. Luego de firmar el nuevo contrato de confidencialidad donde todos aceptan no informar nada de nuestro noviazgo hasta que sea prudente informarlo. Los empleados vuelven a sus funciones mientras siguen murmurando sobre lo que está ocurriendo, no soy capaz de verlos a los ojos, hasta hace unos días eran mis compañeros de trabajo y ahora soy la jefe, aunque sé que sospechaban algo, tal vez pensarlo que solo seriamos amantes, pero con esto muchas cosas cambian. Cuando nos quedamos solo los dos, él se acerca a mi sonriendo y con aspecto tranquilo, creo que no lo había visto así de relajado desde hace varios días, desde antes que la tensión por el viaje se volviera parte de sus pensamientos. —Sofia, ahora sí, ya no tenemos que ocultar nada, a partir de este momento dejas de trabajar para mí, aunque por un tiempo voy a pedirte que seas mi asistente, pero solo mientras consiga a alguien totalmente capacitado para el cargo y múdate totalmente a mi habitación, no hay nada que disimular, ni nada de escapes los fines de semana o cuando la casa quede sola, a partir de ahora viven aquí conmigo los dos o bueno, los tres incluyendo a Emma. Me quedo en silencio y apenas asiento al escucharlo hablar, no soy capaz de emitir sonido, temo que mi voz me traicione. —¿estas bien? — me pregunta mirándome a los ojos. —No, todavía estoy procesando toda la información. —Creo que tal vez lleve su tiempo, aunque tenemos algún tiempo juntos apenas hoy lo nuestro empieza a ver la luz, y ahora vamos a la otra habitación para que te mudes totalmente, no quiero seguir con ese teatro. —Si señor… —Y nada de señor a partir de ahora, soy tu novio en todos los lugares, por lo tanto, trátame como tu igual, nada de pleitesías extrañas, y esa es otra regla que quiero cambiar, no quiero que me sigan tratando como mi madre a ese señor, como un súbdito a su rey, quiero un trato más ameno con mis empleados. — Eso me gusta, cuando llegue a trabajar aquí había mucha tensión en el ambiente cada vez que aparecías, bueno tal vez la tensión solo desapareció para mí. —Si me he dado cuenta, pero pensé que era normal, lo importante es que me di cuenta… y esta tarde tenemos mucho que hablar con Gabriel, no quise tocar el tema ayer, pero ya no podemos seguir aplazándolo. Asiento en silencio, y la extraña con la que desperte se instala en mi pecho, es como si algo de todo esto no estuviera bien, o simplemente es miedo de afrontar mi nueva realidad, sea lo que sea, no me gusta mucho. Luego de trasladar las pocas cosas que hay en la otra habitación vamos donde Emma, quien al ver a su hermano se emociona, y honestamente luce como otra persona, su cabello claro peinado, aunque necesita un buen corte de cabello, ropa limpia y nueva, su mirada luce descansada luego de dormir tantas horas, luce como una chica de su edad. Pasamos el día en total calma. Nicholas se encerró en su oficina a encargarse de algunos temas pendientes, mientras que yo me encargue de Emma, pedí a un estilista a domicilio para que le haga un cambio de look, y luego estuvimos revisando ropa para comprar, no tiene casi nada, pero no se que tan seguro sea salir a un centro comercial grande y bullicioso para una chica que ha estado tanto tiempo encerrada. Así que gracias al internet en pocas horas estamos totalmente provistas de todo lo que se necesita para Emma y su nueva vida. Me sorprende mucho el silencio de las que antes eran mis compañeras, en especial Mariela, quien siempre esta atenta del momento preciso para lanzar un comentario ponzoñoso contra mí, sin embargo, hoy está totalmente ausente y callada, aunque Sandra no tiene conocimiento de lo ocurrido, ya que tiene el día libre y en cuanto a Luisa, es obvio que sabe todo, estuvo con nosotros en New York, los otros chicos de la casa, como los jardineros y los de servicio, siempre están tan alejados del chisme que no me sorprende para nada su reacción, ellos cumplen con hacer su trabajo.
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