Capitulo sesenta y tres. Nick

1469 Words
Al llegar a casa busco a Sofia quien está ensimismada mirando en el jardin y puedo apostar que lleva mucho tiempo en la misma postura, como detenida en el tiempo mirando el infinito, me encanta cuando la encuentro así, y me gustaría aún más saber qué es lo que piensa en sus momentos. La tomo de sorpresa abrazándola por la cintura y haciendo que vuelva a tierra. —¿En qué piensas? —pregunto saludándola con un beso suave. —Pensaba en muchas cosas, pero a la vez en nada — dice mientas me devuelve una sonrisa— ahora solo estoy pensando en ti… —Yo si estaba pensando en algo, que creo que te va a gustar, bueno realmente tengo dos cosas que contarte, pero no sé por cual empezar… — Empieza por la más corta o porque la creas que no me pueda gustar… —Pues entonces empiezo contándote que ya todo está listo para mudarnos, hoy fui a la casa y esta hermosa, solo falta la habitación de Emma, mañana la llevare a que escoja su los muebles y las cosas que desee. —Va a estar feliz… ¿para cuándo nos mudaríamos? — pregunta en tono casual. — En una semana creo que estaríamos listo con todo, al final no llevaremos muebles, quiero todo nuevo contigo, solo llevaremos la ropa, las cosas personales y las piezas de arte ya las mudaron, lo demás se queda para luego ser vendido, así que la mudanza será rápida. —Está bien, ¿y la segunda cosa que tienes para decirme? —Se me ocurrió una idea, sé que me has hablado mucho de tus padres, de tu familia, que tú eres quien básicamente los mantiene, así que se me ocurrió contratar a alguien que de una vez por todas haga todas las remodelaciones, un diseño aprobado por ti, y mientras ellos pueden vivir en otro lugar , cosa que cuando viajemos los dos veas la construcción, sabes, quiero conocer a tus padres y pedirles tu mano como es debido — digo en tono alegre. Se queda en silencio, su mirada se llena de lágrimas, y me preocupa, no sé si le gusto u odio la idea, simplemente me mira estupefacta mientras las lágrimas corren por su rostro, mi primera reacción es preocuparme y la miro atento, no sé qué decirle, no sé si sea buena idea abrazarla o salir de la habitación corriendo antes que me golpee con algo, simplemente se quedó de pie con esa expresión extraña que nunca antes había visto, al final decido hablarle. —Sofia, ¿estas bien? ¿no te gusto la idea? — pregunto titubeante. —SI, estoy bien, solo que me tomas por sorpresa — responde entre lágrimas. —No te entiendo Sofia, ¿te molesto algo? — pregunto preocupado. La tomo de la cintura para sentarnos, ella esta atacada llorando, así que al final opto simplemente por abrazarla y dejarla llorar, en algún momento se deberá calmar. Pasan varios minutos antes que empiece a calmarse, cuando nos separamos su cara esta roja y los ojos hinchados, para ser sincero jamás la había visto llorar de esa manera, siempre tiene la imagen de mujer fuerte, a veces pasa por ingenua, pero nunca por débil, y verla así, tan vulnerable hace que algo dentro de mi enternezca y me llevara a protegerla más. —Nicholas, no es que no me guste, es que nunca pensé que fueses a proponer eso, es más he estado preocupada porque le envié parte de mis ahorros a mis padres, y no tengo dinero ahora para seguir enviado, no estoy trabajando, y no me siento cómoda pidiéndote cosas, suficiente que cubras mis gastos y los de Gabriel. —Sofia, eres mi novia, vives conmigo, yo fui el que te pedí que buscáramos otra cosa para que hicieras, no te quiero de empleada de servicio de mi casa, pero no quiero que te quedes revoloteando por todos lados buscando que hacer, pero tampoco quiero que andes sin dinero, busca algo que te apasione y soy tu inversionista, confió en ti plenamente. —¿Me estás hablando en serio? tú tienes tanto dinero, lo has ganado trabajando todo este tiempo. — dice con una voz preocupada. —SI, es en serio, ¿Cuál debería ser mi miedo? ¿Qué me lo robes? No Sofia, no tengo ese miedo, si me lo robas, sencillo ya sé cómo se hace el dinero y hare más, confió en ti plenamente, y si llegaras a hacerme algo, serás tú con tu conciencia, la mía estará tranquila que hice todo lo que estuvo a mi mano para hacer feliz a la mujer que amo y con la que comparto mi vida ahora. Y apenas estoy terminando de hablar cuando los ojos de Sofia se vuelven a anegar en lágrimas, mientras me observa con esa expresión de hace un rato, como si le costara comprende lo que le estoy diciendo, para luego besarme, son besos apasionado y dulces a la vez, con leve sabor a lágrimas, es como si con este beso estuviera confirmando muchas cosas, como si nuestra relación entrara a otro nivel, tal vez esto era lo que ella necesitaba saber para confirmarle que está segura conmigo. —Nicholas — empieza a decir mucho más tranquila— llevo semanas preguntándome ¿Qué pasaría si algún día terminamos? eso en las noches a veces no me deja dormir, pienso en Gabriel, y en todas las opciones, si nosotros terminamos yo saldría con las manos vacías, y ahora me dices esto, es como si espantaras mis miedos… —Sofia, si algún día terminamos te prometo que no saldrás con las manos vacías, si quieres lo dejamos por escrito para que estes más tranquila… —No, yo confió en ti también, al igual que tú en mí. —Yo no soy experto en temas de relaciones, es más, antes de ti no había tenido nunca una relación seria con alguien, la mayoría de mis romances eran para figurar o por la calentura del momento, pero hay algo que me dijo mi terapeuta hace poco y hasta hoy lo comprendo, rememos hacia el mismo lado para que la relación avance. —Que poético tu terapeuta — dice con una sonrisa en los labios — pero tiene razón. Mira su reloj para luego mirarme a mí con una sonrisa grande, el rostro rojo y los ojos aun hinchados de haber llorado. —Sabes, tenemos tiempo para ir a nuestra habitación y hacer el amor. —Me gusta esa idea y me gusta que digas nuestra —digo sonriendo y limpiando sus lágrimas. Y antes que ella pueda reaccionar la tomo en mis brazos y la llevo conmigo hasta la habitación, donde me dispongo a hacerle el amor como es debido, hasta hacerla estallar de placer y lo que más me gusta, hacerla pedir más. La desnudo con calma mientras beso cada parte de su cuerpo, para darme cuenta que es la primera vez que hacemos el amor a esta hora, cuando el servicio da vueltas por la casa y podríamos ser escuchados, normalmente me dice que no, que le da vergüenza, Hoy es diferente, solo somos ella y yo, el resto del mundo desparece dejando que nuestra pasión desenfrenada llene el lugar. Me tomo el tiempo para verla desnuda en lo que ahora es nuestra cama, su mirada expectante me pide más, suplica que no pare, y hoy quiero tomarme mi tiempo, quiero verla, tocarla y abrazarla, quiero memorizar sus gestos, quiero saber más de ella, y quiero que ella sepa más de mí y antes de darme cuenta estoy haciendo una locura que prometí horas antes no hacer aún. —Sofia, todo lo mío es tuyo, no olvides eso nunca, confió en ti mi vida entera y quiero que unamos nuestra vida en matrimonio. —¿me estas pidiendo que nos casemos tú y yo? —Si, eso quiero… —¿me estás hablando en serio? —pregunta confundida. —Si, creo que nunca he sido más sincero en mi vida, obviamente no quiero que nos casemos ya mismo, primero tenemos cosas que organizar, ir donde tus padres y en lo posible que ellos nos acompañen ese día, sé que es importante para ti, así que eso tomara su tiempo, pero en definitiva quiero caminar al altar contigo, aunque si quieres hacemos una boda rápida para tu residencia, tampoco me molesta la idea. — Después miramos esos detalles — dice sonriendo —ahora ya sabes lo que quiero. — Me gusta cuando me pides más. Y siendo apenas medio día me pierdo entre sus besos y caricias, en definitiva, estoy listo para dar ese gran paso, para que esperar más si estoy seguro de lo que quiero y lo más importante a quien quiero junto a mí.
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