Mis pechos rebotan mientras subo y bajo llevando el control de la situación yo misma. Metiendo y sacando su virilidad en mi flor y la sensación es más que placentera.
Mi cuerpo se siente sudado y caliente, pero supongo que es algo normal después de hacerlo tanto tiempo, y tantas veces. El fuego de la chimenea ya se ha consumido por falta de leña, la cual no hemos alimentado por estar, precisamente, ocupados en esto, pero supongo que no la necesitamos cuando somos perfectamente capaces de mantenernos calientes.
Escucho gemir a Valois y su cuerpo y su virilidad se tensan debajo de mí, además también siento que algo escurre ligeramente por mi flor hacia afuera y supongo que es ese líquido blanco qué expulsa cada vez que tenemos intimidad.
Me bajo de él cuando su virilidad comienza a perder
