Sus labios me queman, pero no de buena manera, porque siento que me traiciono a mi misma al hacer esto, traiciono a mis padres y también a mis amigos al permitirle tocar mis labios de esta manera, como si yo realmente, lo amara y por supuesto la simple idea me repugna, pero trato de ignorar esos sentimientos que van contra mi moral mientras la lengua de Valois baila con la mia en un dulce beso y gentil beso, por supuesto inesperado.
En esta ocasión, en vez de arrebatarme la bata de forma brusca, él la desliza por mi cuerpo para sacarla. Mi mente no logra concebir que esto este pasando, pero me dejo llevar por el momento.
—Vas a arrepentirte de esto—me advierte mientras coloca un dedo debajo de mi mentón mientras me dirige una sutil sonrisa descarada, esto sin duda le divierte o peor aún,
