—¡Isi, no sabes lo que pasado en este lugar mientras tú sigues viviendo en el palacio!—se queja mi amiga, alejándose de mí, con lágrimas en los ojos y con una expresión de desesperación que jamás le vi antes.
—Yo tampoco la he pasado muy bien Odette—expreso con el corazón en la mano—mis padres murieron y... ese hombre me obligo a casarme para después mancillar mi cuerpo como si este le perteneciera—me quejo y ella se queda callada mientras yo derramo lágrimas de dolor. Ambas hemos sido heridas de formas inimaginables, pero me limpio las lágrimas mientras medito lo que aún me queda, ella.
—Intentaré hacer algo por ti, para sacarte, sin importar si yo tengo que vivir toda mi vida a su lado—le prometo mientras extiendo mis manos hacia ella y Odette se acerca con la misma comprensión que me
