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Me digo a mí misma que lo que escuche o imagine, solo fue un producto de mi necesidad de sentirme amada y protegida, pero creo que hay algo mal conmigo porque no debo sentir nada más que odio por el hombre que me arruino la vida, pero la idea de que aquella palabras hubiesen sido reales, me perturba más de lo que quisiera admitir. Me mantengo firme mientras las presentaciones terminan, pero para mi mala suerte, según dicta el protocolo, es la familia real quien debe abrir el baile y si Valois asistió a un baile con anterioridad debe saberlo de antemano; sin embargo, yo ruego interiormente porque no lo sepa y se quede sentado, quizás meditando si dar la orden de comenzar el baile, no obstante, para mi desgracia él se levanta y me ofrece su mano para invitarme a abrir el baile para nuestros