CAPÍTULO 21 —¡Éste cretino! —chillo sin pensarlo aunque con una sonrisa en mis labios que no logro destensar. No me ha despertado sólo para que Elijah me eche de la empresa, no puedo procesar su nivel de descaro—. Cómo si fuera tan fácil —me digo a mi misma aún en shock sin saber cómo sentirme al respecto. Aunque entre sorprendida, molesta y risueña es el debate, trato de mantener mi compostura. Recordando a su nota, miro a mi mesa de noche para toparme con una inmensa bandeja de desayuno repleta de todos mis aperitivos favoritos. Jadeo queriendo odiarlo, aunque en este momento si lo hago un poquito, si, pero no puedo. Tomo mi teléfono con mis manos temblorosas para ver la hora casi pegando un grito al cielo, viendo dos llamadas perdidas recientes de un número desconocido. Antes de que
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