CAPÍTULO DIECIOCHO Sosteniendo un bastón largo, Sam estaba parado en el campo de entrenamiento frente a otro de los hombres de Aiden. Había docenas de sus guerreros allí, y Sam ya se había enfrentado a casi todos ellos. Ninguno le había representado el más mínimo desafío. Sam no sabía lo que era, pero parecía como si todo el mundo se estuviera moviendo en cámara lenta cerca de él. Podía anticipar todos sus movimientos, siempre estaba un segundo por delante de ellos, siempre sabía cuando eludirlos, esquivarlos, agacharse o pegar. Había sido como cortar mantequilla, y Sam estaba sorprendido de sus propias habilidades y de su poder. Frente a él ahora estaba Caín -grande, musculoso sosteniendo un bastón largo como el de Sam. Se lanzó, frunciendo el ceño. Pero él no era rival para Sam. Cuan