Eliot se encontraba en su oficina explicando sus planes a Barry. –¿Y cuándo lo harás? –Está noche –contestó Eliot. A falta de expresiones, Barry no sabía si su amigo realmente estaba bromeando o hablaba en serio. –¿Acaso te volviste un demente? –expresó Barry –. Esta noche. –Dijiste que querías estar dentro. –Hablaba sobre algo que podemos hacer desde aquí –señaló la oficina –. No sobre un loco plan revolucionario para derrocar a la monarquía. –No estoy derrocando la monarquía, solo es un bar. –Pero es peligroso. –Entonces no vas. –Eliot se recostó en su silla al cruzarse de brazos. –Es que ni siquiera me has dado tiempo de pensarlo –respondió Barry. El teléfono de Eliot sonó y lo miró mientras Barry continuaba hablando dando un montón de excusas que al final Eliot va