Luego, en el otro lado de la puerta, Diego se sentó en el suelo escuchando como de un momento a otro aquel elfo que Aurelia llamó Orión comenzó a gritar. El muchacho no tuvo que pensarlo demasiado para comprender lo que su padre estaba haciendo dentro de esa habitación, pero, aunque él deseaba intervenir prefirió obedecerle pensando que, si los descubrían, sería el fin para ambos. «Mi padre es la persona más impulsiva y vengativa que he conocido hasta ahora… no entiendo como sobrevivió en ese otro mundo donde dice que vino» piensa Diego dándose cuenta que aquel elfo había dejado de gritar. Pero lo que Diego no comprendía, era que la forma de actuar de su padre era muy típica de alfas sobreprotectores, los cuales jamás permitían que nadie se atreviera a lastimar a ninguno de su manada, y