Alba se aferró a los brazos de él, correspondió al beso de Santiago, suspiró bajito, y su corazón se alegró, porque sabía que él no mentía, y que las demás chicas a pesar de ser de su misma posición social estaban fuera de su vida, entonces el temor se apoderó de todo el cuerpo de ella al recordar que ella no era sincera con él. —Hola, chicos —interrumpió el beso la voz de Angie. —Buenas noches —saludaron al unísono la pareja. Angélica sonrió y junto a ella los tres se sentaron en las butacas en la barra. Varios caballeros observaban a la atractiva morena, y la chica no perdía la oportunidad de coquetear. —¿Qué desean beber? —inquirió Santy. —Un Bloody Mary —dijo Angélica. Alba la codeó con su brazo. —¡Auh! —Se quejó mirando a su amiga—. Es un bar, y aquí se bebe licor —enfat