“… Libidinosamente, libar el néctar de la flor de tus mareas lamiendo la miel salada que te fluye, y quema mi lengua que vibra lasciva. Entre savia y saliva…” Luis Eduardo Aute. **** Joaquín no entendió por qué ella le dijo eso, pero escuchar esas frases reconfortaron su alma solitaria. —Yo estoy seguro de que fue mi mamá la que te puso en mi camino. La joven sintió su corazón latir con fuerza. —Yo tengo la completa seguridad de que es como tú dices —afirmó ella, él la tomó de la mano y se la besó. —Yo estaré muy agradecido con el ser que te puso en mi camino — concluyó Joaquín besando a María Paz lo hacía con ternura, con cariño, con amor y profunda gratitud. Se separó de ella y entrelazó sus dedos. —Hay pendiente dos copas de vino que no hemos terminado —manifestó. Ella sonrió s