“…Tú me cambiaste la vida, desde que llegaste a mí. eres el sol que ilumina todo mi existir…” Rio Roma. **** Al día siguiente María Paz salió del cuarto de baño, envuelta en una bata, se llevó el dedo índice a los labios, dudando sobre los dos atuendos que tenía encima de la cama: En el lecho yacían unos pantalones de mezclilla rasgados celestes, una blusa de seda blanca, y sus deportivos níveos. En el otro extremo se apreciaba una falda short de pliegues gris, una camisa rosa y sus alpargatas de plataforma. Entonces pensó en llevar a su Duque a visitar las cúpulas de la catedral de la Inmaculada por lo que se decidió por los jeans. Luego de vestirse, se aplicó el protector solar en el rostro, tomó su sombrero de paja toquilla, sus lentes para el sol, y su bolso. Bajó hacia el comed