Sabía lo que se sentía este miedo y lo peor, es que comprendía su significado, porque no era la primera vez que él me colocaba en una situación así. Por lo que, ya sabía que no mentía cuando decía que mataría a Yohana. El problema es que irme con él, complacerlo de esa manera, iba a marcar mi condena. Una de la que por más que intentaran salvarme, no había manera de que pudieran ayudarme. Si me marchaba, él podría matarme de la peor manera y nadie sabría al respecto. Era evidente que estaba entre la espada y la pared, porque luchar, no me decía que iba a salir con vida de aquí y marcharme con él, tampoco me aseguraba eso. Cualquier decisión que tomara era mi final. — Sabes perfectamente que no soy una persona paciente. Así que, lo mejor es que te muevas rápido como la perra obediente