— Encárgate de los pacientes del noveno piso –dice la doctora Jones mientras camina cuan modelo en pasarela. — Pero son 23 –digo automáticamente al ver las planillas. Al decir eso, la doctora Jones inmediatamente frena su caminata, da media vuelta sobre sus talones, coloca una mano en su cadera del lado derecho, mismo lado en el que coloca mayormente su peso. — ¿Y? ¿Tienes algún problema con ello? –me pregunta con desdén – ¿Te sientes tan poco capacitada para hacerlo? ¿Escuché mal o dijo hacerlo en vez de decir que lo haremos? –pienso–. — ¿Hacerlo? –pregunto confundida. La doctora Jones bufa molesta. — ¿Aparte de que llegas tarde, también eres idiota? –dice molesta mientras bufa una y otra vez– ¿En dónde quedó la prestigiosa neurocirujana Ta? –se preguntó así misma– Ah, seguramente