Un año después
— Maldición —digo al ver el trancón en el que me encuentro— eso es lo malo de estar atrasada y que dicho atraso concuerde con la hora pico.
Miro mi reloj de pulso para poder observar la hora 8:15 am. Es decir, llevo quince minutos de retraso
— Estoy muerta —digo mientras observo como los carros enfrente no avanzan—. Estoy muerta, estoy muerta —me repito una y otra vez.
Como quisiera que mi automóvil, un Ford ecosport 2019, tuviera alas en estos momentos. Pero no, es imposible. Lo único que puedo hacer es respirar profundo y rogar a Dios, Buda, Alá y todos los Dioses, ángeles y santos que existen o van a existir para que intervengan a mi favor.
En estos momentos concuerda conmigo esa frase de ‘Ese compa ya está muerto, no más no le han avisado’. Y no es exageración, es
