Dos días después Estaba en mi habitación sin salir. Desde mi conversación con Pablo, no me sentía cómoda. La comida que había ingerido esa noche, la vomité apenas llegué a casa y ni siquiera ayer salí aunque no había dormido bien ni comido desde ese fracaso de cena. Era como si me castigara de algo que no sabía y lo peor, es que mi segundo día estaba pasando como ayer. Pero, ya Yohana no soportaba que yo me negara a salir y no almorzar o hablar con ella. — P… ¡Alejandra, por favor abre la puerta! Hoy no vas a hacer lo mismo que ayer, por favor. Debemos hablar seriamente sobre esto — se queja Yohana. — No quiero hacer esto. No quiero esconderme, no quiero estar en este país. Quiero estar en mi trabajo y si debo morir haciendo lo que me gusta, que así sea. — digo acostada en mi cama. —