Llevé la compra a la cocina. Hyeon estaba cocinando y me saludó con una sonrisa. Olía de maravilla, a pan recién hecho, y sobre la mesa me esperaba una taza de mi té preferido. Me lo traía mi tío Seokjin, aunque no quería decirme de dónde. No le gustaba a nadie más, pero yo me había vuelto adicta a su sabor y su aroma fuerte, una delicia difícil de describir. Era el único remedio para mi dolor de encías matutino, tan agudo que parecía que me fueran a arrancar los dientes de raíz, y que además se extendía por la mandíbula. Hyeon me ayudó a cortar los pimientos y los pepinos para mi ensalada.
Subí a mi cuarto y me puse con los deberes. El ejercicio de biología me tomó tanto tiempo que casi se me pasa la hora, pero un poco antes de las seis y media salí hacia la casa de Taehyung con mi ensalada bajo el brazo.
Jimin y Jungkook ya llegó, y había un montón de DVD delante del impresionante equipo de "cine en casa", el orgullo del padre de Tae. Un mueble bajo de madera pulida de cerezo, cubierto previamente por un mantel beige, nos hacía de mesa. Estaba saliendo de la cocina con las magdalenas de Jungkook colocadas en pirámide cuando entró Hoseok, y casi se me caen cuando vi a Jennie detrás de él. Hoseok no podía disimular su malestar, y Tae se quedó sin aliento.
- Hoseok me dijo que no os importaría - dijo dejando a su hermano y cogiendo una magdalena de mí bandeja al pasar.
Taehyung y yo miramos a Hoseok, que bajó la vista.
- ¿Qué no nos importaría? ¿Estás loco? - dijo Tae en voz alta.
- No pude evitarlo, de verdad, pero es que ... - contestó Hoseok a la defensiva.
Tragó saliva y miró hacia el salón, adonde se había ido Jennie y de donde venía ahora Jungkook alarmado.
- Por favor - dijo Hoseok antes de que también él se le echara encima -, no quería que viniera, pero me hizo chantaje.
- ¿Chantaje? - Jungkook lo miró incisivo.
Jimin estaba apoyado en la escalera.
- Si - asintió infeliz - ¿te acuerdas del virus que creamos? Me amenazó con contárselo a mi madre ... y al director.
Jungkook y yo nos miramos, luego a Hoseok ya Tae. Hacía unas semanas, los ordenadores del instituto siguen inutilizables por un virus desconocido. No se perdieron datos, pero estuvieron tres días sin funcionar hasta que por fin los arreglaron. El director se enfadó muchísimo y amenazó con el peor castigo a los responsables, pero nunca se supo quiénes han sido. Yo sabía que eran buenos con los ordenadores, pero ¿tanto?
- Y cómo puede saber ... - dijo Tae malhumorado - Bueno, ¿ya qué viene?
- No sé - contestó Hoseok meneando la cabeza -, me parece que tiene que ver con Yoongi, está loca por él. Me obligó a meterme en el sistema de la escuela para sacar su dirección - explicado, y sonrió inseguro encogiéndose de hombros -. Pero la buena de la profesora aún no había introducido sus datos, por lo menos no encontré nada. Le busqué hasta por Internet. Tendríais que haberla oído cuando sólo encontré un par de artículos sobre unos equilibristas del siglo diecinueve.
- ¿No le dijiste que Yoongi no va a venir? - dijo Taehyung frunciendo el ceño.
- Ya lo sabía - contestó Hoseok -, pero creo que va detrás de Minho. Al principio no quería venir, pero cuando mi madre me preguntó quien iba a estar, y oyó su nombre, no me dejó en paz.
- ¿Minho? - dijo Tae con cara de no entendre nada -. Pero ¿no le gustaba Min Yoongi?
- Claro, pero quiere ponerlo celoso con él, típico de Jennie.
Nos miramos.
- Supongo que no soy el único - dijo Hoseok con una sonrisa - que piensa que Yoongi no va a caer en la trampa.
Entramos juntos al salón, donde Jennie estaba de lo más cómoda en el sofá. Como si hubiéramos hecho un pacto, todos fuimos amables con ella - al fin y al cabo se trataba de la cabeza de Tae y Hoseok -, pero no le hicimos mucho caso.
Tae recibió a Minho, que llegó diez minutes más tarde, y le puso al corriente de todo. Solo faltaba Dahyun. A las siete y cuarto empecé a preocuparme porque no era normal que se retrasara tanto. A la única que no le importaba era a Jennie. Un poco antes de las siete y media, Taehyung llamó a casa sin suerte, y en su móvil salía el contestador. Estaba anocheciendo. Me acerqué a la ventana y observé los coches que pasaban por la calle. Jungkook propuso elegir la película para que cuando llegara Dahyun no tuviéramos que perder más tiempo. Decidimos por unanimidad ver Drácula de Francis Ford Coppola.
Tae subió a su cuarto a buscar la llave del coche cuando iban a dar las ocho, pero al bajar la escalera un faro iluminó la entrada de su casa. Jungkook y yo, que estábamos ya con la puerta abierta listas para salir, nos quedamos de piedra, y los demás se acercaron a la puerta. Dahyun se bajó de una moto de carretera negra. El conductor le alcanzó una ensaladera, luego hizo un gesto con la cabeza, y ella le dio algo que llevaba en la oreja. Cuando se volvió hacia nosotros estaba un poco pálida y como ausente, pero nos sonrió como siempre.
- Mi escarabajo no arrancaba - se disculpó.
Señaló al tipo de n***o que la había traído, que se quitó el casco. Nos quedamos boquiabierto, aunque Dahyun pareció no darse cuenta.
- Gracias a Julen no he tenido que venir caminando. Pasó justo cuando había perdido todas las esperanzas - dijo, y frunció el ceño como queriéndose acordar de algo, pero sacudió la cabeza como si no tuviera importancia -. Le he pedido que se quede.
Todos lo miramos. Llevaba sus gafas oscuras y apoyaba los brazos en el casco n***o brillante. Nos devolvía la mirada con cierta arrogancia, como si no fuéramos a hacer caso de Dahyun y lo fuéramos a despedir con un "gracias, hasta la vista".
Tae fue el primero en reaccionar.
- Claro, que se quede si no le importa ver pelis viejas de vampiros - ofreció tranquilo.
Lo miré sorprendida, pero se me ocurrió que era la oportunidad que deseábamos para sacarnos de encima a Jennie. Aunque no fuera justo para Yoongi, tenía la esperanza de que mi plan funcionaría.
Nos dedicó una media sonrisa un tanto cínica y apagó el motor.
¡Hasta aquí el capítulo!
Espero que lo disfrutéis muchísimo.
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Muchas gracias por el apoyo.
Historia adaptada.
Original:
El beso del vampiro, por Lynn Raven Alemania.
(España en 2008)