Emilia.
Ya pasó un mes del comienzo de clases y el calor no a cesado para nada, pero aun así es hermoso este lugar no lo cambiaria ni eligiria otro lugar mejor que este, poca gente, por lo que se ve se llevan todos bien y se ayudan, nos ayudaron a nosotros que no nos conocían aun mas lo hacen entre ellos.
Voy a la tienda para comprar las cosas para una torta, como es fin de mes mandé a todos los papás una nota diciendo que vamos a festejar el cumpleaños de todos los nenes que cumplieron años en el transcurso del mes, vamos hacer una salida al parque en donde vamos a poder divertirnos, varias mamás ya formaron un grupo en donde ellas me ayudan con cada idea que se me cruza, al principio les pareció mal y cansador pero cuando vieron la emoción de los chicos y que los padres también participan, vi con mucha nostalgia como casi todos los padres de los nenes no tuvieron una infancia correcta, jugaron mas que los chicos y me sentía mas maestra de los adultos que de los chicos, ahí fue donde empecé a tener mas apoyo.
—Hola. —le digo a la chica que está leyendo un libro en el mostrador—. Busco los ingredientes para una torta.
—Por acá. —agarra un canasto dándomelo y la sigo—. Acá tiene de todo.
—Gracias. —miro buscando la harina que me gusta pero no esta, debo acostumbrarme con lo que hay.
—¿Le puedo hacer una pregunta?. —le sonrío donde no se había ido y no me di cuenta.
—Si, dime.
—¿Cómo es ser maestra de los de primer grado?. —la miro con duda—. Es que yo doy clases en quinto grado y el año que viene me mandan con los de primero... Estudié por internet y los parciales los rindo en la capital.
—¡Ah! Ya me estaba preguntando en donde estaba la universidad.
—A penas y hay secundario... Mi prima trabaja en la escuela también.
—¿Quién es?.
—Sabrina.
—Aaaa siiii. —si que la conozco donde nos pedimos información muchas veces—. Ella es de segundo.
—¿Es lindo? Es que no me gusta muchos los chicos grandes... Me intimidan. —dice triste.
—Es hermoso darle a los de primero, por lo menos para mi es lo mejor. —le sonrío ya que tocó mi mejor charla, mi familia lo evita donde no paro—. Me encanta saber que todo lo que les enseñe les va a quedar grabado de por vida... Les voy a enseñar las vocales... A escribir sus nombres, el de sus familias, diferenciar cosas, hacer cuentas, ¿de todo entiendes? Y eso me fascina.
—Eso pienso yo pero me da nervios no hacerlo bien.
—Mira... Cuando quieras vienes a mis clases y te voy ayudando a que saques ese miedo, yo estaba aterrada porque me recibí y me mandaron a arreglármelas como pueda, pero yo te puedo ayudar así cuando tengas tus alumnos propios ya sepas que hacer.
—¡Ay gracias! De verdad gracias, a mi me pasó igual, me mandaron a mitad de año a un grupo de casi adolescentes, eran de séptimo y fue feo porque ellos ven todo lo que haces así sea un mínimo detalle. —asiento ya que la entiendo, tienes miradas por tu cuerpo en todos lados en cambio los nenes mas pequeños prestan mas atención en la forma de hablar y el trato—. ¿Y cuándo puedo ir?.
—Mañana vamos a hacer una salida por los cumpleaños, puedes venir a mirar y compartir sin compromiso porque no te voy a mandar de niñera... Pero vas a saber como se corrige a un nene de cinco años.
—Bien... ¿A dónde van a ir?.
—Al parque pero ven a la escuela y vamos todos juntos, a la una y media.
—Bien... Ahí voy a estar muchas gracias. —se escucha la campana de que alguien entró al local—. Voy a ir a atender.
—Si... Yo voy a seguir mirando.
Voy hacer una torta bastante grande porque le pedí a los padres que lleven para compartir solamente y yo me hacia cargo de lo mas pesado que es la torta, porque hasta pan casero llevan para compartir y la verdad que me hago la panzada, voy a terminar engordando a este paso.
Miro las velas buscando alguna linda, solo cumple un nene y una nena así que llevo rosa y celeste, y de esas simples así ya me quedan para otros cumpleaños porque a todos mis alumnos siempre se los festejé, amo la forma en como sus ojos se iluminan y que también se de que hay muchos problemas en las casas de muchos, en donde no se les puede hacer nada y yo mientras pueda voy a hacerlo.
—Hola. —estoy al lado de la caja mirando unos chocolates que hay en un estante así le pongo arriba pero debe alcanzar para todos los nenes—. ¿Ya no me saludas?. —aún de cuclillas lo miro—. Creí que nunca me ibas a mirar.
—¡Hola!. —me paro y siento que hace años que no lo veo—. ¿Cómo estas tanto tiempo?. —miércales que tengo que alzar la cabeza para verlo a los ojos donde es altísimo.
—¿Me extrañaste?.
—Mmmm... No. —comienza a reir a carcajadas—. Pero lo dije porque nunca te vi que lleves o vayas a buscar a Likan al colegio.
—Estaba trabajando.
—¡Ah! Que bueno. —miro el canasto para que no me falte nada y me falta el yogur.
—¿De verdad estas enojada?.
—No lo estoy, para nada. —voy a la heladera buscando el natural o a lo sumo de vainilla y el atrás mío siguiéndome—. Pero me gusta que los padres de mis alumnos se interesen en sus hijos.
—Yo lo hago.
—Pues tus hermanos lo hacen y bastante bien. —frunce las cejas dejando de sonreír, sus gestos son durísimos ahora—. Ellos son los que me preguntan porque como dije... No te he vuelto a ver.
—Te dije que estaba trabajado ¿qué quieres que haga? No podía venir solo para que no te enojes. —voy hacia la caja así ya p**o y me voy—. Mierda, ¿de verdad es esto? ¿De verdad me estás retando?.
—Es tu decisión como lo tomes, solo dije lo que vi.
—Carajo. —sale azotando la puerta y la chica junto con un hombre quedan duros.
—¿Me cobras por favor?.
—Si. —empieza a pasar las cosas y yo repasando que no se me olvide nada porque aunque me queda cerca para venir por algo no tengo ganas de andar dando vueltas—. ¿Sabes quién es?.
—Guillermo... Le doy clases a su hijo.
—Jazmín yo la atiendo. —niega sin hacer caso, sigue pasando mis cosas.
—Tío no digas nada.
—¿De qué hablan?.
—Le aconsejo que se mantenga alejada de ese sujeto. —miro al hombre sorprendida porque ante sus ojos soy como la que esta siendo cortejada por el padre de mi alumno—. Es... ¿Cómo se dice? Como la puta del pueblo.
—¿Qué?. —digo casi gritando.
—Así es... No caiga en sus redes porque no va a conseguir nada mas que su cuerpo por unas horas... Después va actuar como que no la conoce.
—Ya basta, dejá de decir esas cosas. —miro a la chica que no me mira—. ¿Va a llevar algo mas?.
—No, llevo todo lo que necesito.
Le p**o y salgo pensado en Guillermo, ¿será verdad lo que dicen de él? Va, que me importa que sea tal cosa que lo acusan, hasta la palabra me da escalofríos porque es algo que no me esperaba, vive de loco entonces desde que su esposa falleció, he escuchado mucho que cuando muere la pareja de uno mucho se resguardan en el sexo casual y desinteresado como para calmar el dolor, tal vez ese es el duelo de él, otros se deprimen y otros tal vez siguen como si nada, cada uno pasa el dolor como mejor puede y no hay que juzgarlos.
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Ailin se queda en el parque acomodando todo mientras voy por los chicos a la escuela, me alegra mucho ver a varios papás listos para un día de picnic super emocionados, a quien no veo es a Likan, niego furiosa por estar robándole esta oportunidad de tener expericias diferentes, la vez anterior vino un adolescente a traerlo, me dijo que era el tio más joven así que al menos es algo, aunque no participo, solo se quedó en una banca mirando todo hasta que se fueron.
—Emi. —viene Lorena, la mamá de la nena del cumpleaños—. Nos faltan algunas cosas, ¿Cómo hacemos?.
—Voy al almacén de una escapada... Sigan hacia la plaza ya los alcanzo.
—Bien.
—Ahí esta mi hermana esperando.
—¿Como sabemos que...
—Somos iguales... Es mi gemela.
—¡Ah!... No sabia.
—Ya voy. —riendo corro al almacén viendo a la chica que me había pedido consejos—. Hola... ¿No vas a ir al parque?.
—Ya salgo y voy... ¿Qué haces acá?.
—Vine por galletitas y algunas bebidas que nos olvidamos.
—Y la ropa que...
—En las salidas con los alumnos me visto así siempre. —me pongo la ropa mas colorida que tengo porque me gusta que sea todo colorido—. Ya sé que es ridículo pero surte muchos efectos. —elijo todo sin dejar de hablar—. Una maestra muy antigua me lo recomendó y funciona.
—Hoy lo voy a ver y si funciona lo voy a usar.
—Como quieras, te presto la idea totalmente.
Corro hacia la plaza, cuando llego están sentados y otros jugando, los reúno a todos en una ronda para empezar con los ejercicios, venir al parque no es solo diversión, pero idee un plan con Ailin en donde los juegos tienen que ver con cuentas que hemos visto y acomodar las letras desordenadas hasta formar palabras, Ailin no estudió ni sabe como enseñar pero si me da una mano tremenda en la decoración y las ideas donde a veces se me agotan y ella es como que no se le terminan nunca.
—Bueno... Una fila los nenes y otra las nenas. —me rio cuando se paran en filita apurados—. Cuando diga ya, empiezan.
—Siiiii.
—Ya. —corren y yo me quedo haciendo que ninguno haga trampa al salir y los papás miran los resultados.
—¿Esa ropa es en serio?. —me giro viendo que esta sonriendo mientras me recorre completa—. Es un asco.
*****
Guillermo.
—¿Y eso qué?. —aunque no me lo crea le sonrío—. A mi me gusta.
—Y a ella le gustas, se nota totalmente porque te sienta de maravilla. —niega mirando a su lado.
—¿Y Likan?.
—Ahí. —apunto en donde está—. Fue directo donde ese nene.
—Wuauuu. —esta jugando con Tobias lo mas bien, como amigos de toda la vida—. Él no se da con ningún nene.
—¿Lo conoces?.
—Si.
—¿Es tu hijo?. —eso me hace contraer un poco el pecho aunque es cínico donde tengo dos, pero pensar que tiene marido es otra cosa.
—No... Es mi sobrino. —mierda que me sentí morir por dos malditos segundos.
—Mierda. —digo al ver caminar a una chica igual a ella hacia nosotros—. ¿Tenés un clon?.
—Se llama hermana. —dice divertida.
—Carajo si son iguales.
—Con tus hermanos también son iguales.
—Emi... Los nenes tienen hambre. —me mira sin parar.
—Bien... Él es el Papá de uno de mis alumnos.
—Un gusto, ¿Y quién es tu hijo?.
—El que esta jugando ahí.
—¡Oh! Mira Emi... Tobi está tranquilo. —frunzo las cejas por eso, las dos se sorprendieron al verlos jugar—. Es muy raro que mi hijo se dé con otro nene.
—¿Por qué raro?. —Emilia le dice algo al oído a su hermana y ella va donde ellos—. ¿Que fue todo eso?.
—Tobias es autista.
—¿Y?.
—La gente muchas veces rechaza a que sus hijos jueguen con un nene así porque son muy brutos y no miden la fuerza.
—Eso es una estupidez... Likan juega bruto y es un crío... Obvio que va a recibir y dar golpes.
—Pues todos no piensan así... Vamos que hay que comer, los nenes tienen hambre después de jugar tanto.
—Ya sé que llegué tarde deja de retarme un poco.
La miro que esta parada diciendo algo, esta muy seria hablando y los chicos saltan felices, no sé que dijo ya que no la escuché donde solo me entretengo de mirarle la boca al hablar, tiene unos labios finos pero seductores, de los que me gustan, bueno, en realidad no he prestado atención en las bocas de otras mujeres pero la de ella me fascina.
Llegué tarde porque tuve problemas con Bárbara, me tiene las pelotas hinchada y los escándalos son cada vez mas seguidos, eso me saca de mis casillas. Hoy armó problema porque quería traer a Aukan al parque y empezó con que vengo a buscar mujeres a costilla de su hijo, es una estúpida, no conozco ningún caso en donde se gane una mujer por un hijo, eso solo sale en las películas, las mujeres que conozco se sienten cohibidas cuando se enteran de que tengo hijos, piensan que en vez de una cogida las voy a hacer la madre de mis hijos cuando la realidad esta muy lejos, si quisiera una madre para mis hijos buscaría una mujer decente, no una prostituta que se vende al mejor postor, o que dos palabras ya cae rendida como todas la que me agarro, no soy boludo, sé con que clase de mujer en enredo.
—Guille. —me giro y la veo venir con mi hijo en brazos—. Creí que me estabas jodiendo. —no digo nada, solo la miro—. Lo traje para...
—¿Después de venir a controlar que sea verdad no?. —agarro a Aukan y ella me mira—. ¿Qué va a pasar cuando este con una mujer?. —abre grande los ojos como que esa no es una posibilidad—. ¿Me vas a joder toda la vida acaso?.
—Yo... —aprieta sus manos con fuerza—. ¿Te lo vas a llevar?.
—Si... ¿Quieres que te diga que voy hacer así vas a ver?. —se va furiosa y me importa una mierda.
—Papiiiii. —viene Likan corriendo—. Hola Aukan. ¿Cómo estás?.
—Liiiii. —lo bajo y se abrazan dándome ternura.
—Vamos, te muestro a un amiguito. —camino detrás de ellos que van hacia el sobrino de Emilia.
—Otro amiguito mas. —miro a la hermana—. Mi marido se va a poner feliz cuando se lo diga.
—Mis hijos son así.
—BUENO... HAY QUE VOLVER AL COLEGIO.
—Likan... Ve con la seño que hay que volver a la escuela.
—Si... ¿Vamos?. —le dice al nene dándole la mano, me rio cuando se van juntos.
—Vamos bebé. —agarro en brazos a Aukan donde es pequeño aun, llegamos al colegio y los nenes agarran sus cosas.
—Nos vemos mañana. —les va dando un beso a todos.
—Emilia. —se para delante mío agarrándole la mano a Aukan.
—¿Y este bebé?.
—Es mi hijo pequeño, Aukan. —sonríe tocando su mejilla.
—Es hermoso... Eres muy precioso Aukan. —Aukan sonrie tímido—. ¿Me habías hablado?.
—Si... ¿Necesitas ayuda para limpiar el parque?.
—¡Ay si!.
—Yo te ayudo.
—¿De verdad?.
—Si... No tengo problema.
—Bien gracias.
Volvemos al parque y junto a ella y su hermana nos ponemos a limpiar todo, el comisario que es mi hermano Fede y a parte de comisario es como el intendente del pueblo al ser el alto mando del pueblo, la cosa que le da permiso pero la condición es que quede limpio para preservar las cosas limpias, los nenes juegan y eso a ellas las tiene sorprendidas, se han cruzado a muchos estúpidos en el camino que no deben dejar acercarse a sus hijos porque no entienden. Cargo unas cosas que trajeron en la camioneta y las llevo a su casa, bajamos todo y quedo con Emilia.
—Gracias... Eres muy amable en serio.
—De nada. —incómodo miro hacia todos lados—. Emilia yo...
—Hija. —nos giramos hacia un hombre, lo miro bien y es el nuevo en la granja de mi papá—. ¿Guillermo?.
—¿Cómo está?. —le tiendo la mano saludándolo.
—¿Se conocen?. —dice dudando.
—Si... Trabajo en su campo.
—De mi Papá. —los dos me miran donde confirmo lo que dice—. También soy un empleado ahí porque no es mío.
—¿Sucede algo?.
—No... Me ayudó con las cosas de la salida del colegio... Le doy clases a su hijo mayor.
—Ah... Bueno, voy a bañarme que estoy cansado.
—Si ve. —cuando su papá entra a la casa me mira—. También voy a entrar... Nos vemos cuando nos veamos. —entra y me trago lo que quería decirle.
—¿Te gustaría salir conmigo?.
Paso al almacén a comprar unas cosas para los nenes y después me voy donde Federico que nos están esperando para tomar el té, mas bien a los nenes pero también voy a ir, no hemos arreglado nuestros problemas pero intentamos de no armar mas lío porque mi mamá se pone demasiado histérica y después anda mal por varios días así que me refreno y veo que él también, mas o menos estamos volviendo a lo de antes, cuando llegamos lo veo parado mirando hacia la calle.
—Por Dios hombre ¿Qué es ese bigote?.
—Las chicas se vuelven loca por esto. —pasa sus dedos y hago cara de asco.
—¿Y Antonella sabe eso?.
—¿Qué tengo que saber?. —sale de la casa con un delantal—. Hola Guillermo.
—Hola. —se agacha y los nenes corren a abrazarla.
—¿Cómo están?.
—No sabes tía... Fuimos al parque con mis compañeros a festejar los cumpleaños.
—¡Que lindo!. —entran a la casa y con Fede nos miramos.
—¿Vas a entrar?.
—Si.
—Bien... Entremos entonces.
En la noche nos volvemos a la granja, Aukan va dormido con su cabeza apoyada en las piernas de Likan, y él va cabeceando, pero no se duerme porque es un buen hermano mayor, cuida de que su hermanito vaya bien y no se golpee por eso aguanta hasta que llegamos.
Cuando llegamos agarro a cada uno con un brazo y entro, Lautaro cuando me ve agarra a Likan y me ayuda a subir, les saco la ropa y los acomodo en la cama, suspirando le cambio el pañal a Aukan y los miro dormir muy tranquilos, me saco mi ropa y me acuesto, Aukan de inmediato se pega a mi abrazándome, por Dios que amo dormir con mis hijos aunque duermo para la mierda.
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