Capítulo 9: Mala suerte.

2702 Words
El grimorio, floto; acercándose de a helios. Cuando estuvo frente a él, las páginas se recorrieron una por una; hasta llegar a una hoja en blanco, después de la página con su última habilidad. En ese momento, tomando una de las perlas del contenedor. La levanto, y la coloco sobre la página en blanco. Instantáneamente, la perla reaccionó; al contacto con la página. Hundiendo, en esta. A continuación, la hoja resplandeció con un fuerte fulgor. Después, la página se cubrió de llamas; durante unos segundos. Cuando el fuego se atenuó, la página había cambiado. Ahora sobre la hoja había letras y grabados de un lenguaje antiguo. Esa era la nueva habilidad. Antes, de que pudiera revisar la página; con más detenimiento. Un rayo de luz blanca, salió disparado del grimorio; impactando con su cabeza. Era toda la información, sobre la nueva habilidad; así como su uso. La habilidad, se llamaba “D por 3”. Era un modificador de habilidades. Permitía amplificar los efectos de una habilidad clase D, por 3. El único problema, era que solo se podía usar una vez. Utilizada, el efecto sobre la habilidad elegida; seria permanente. Lo que era bastante impráctico. Considerando, que la habilidad perdía su valor; después de un solo uso. Sin menciona que tampoco tenía una habilidad buena, con el que pudiera utilizara. -Un intento de tres. Aún quedan dos. Espero sacar algo mejor que esto- tomo la segunda, perla. Repitiendo nuevamente el proceso. La segunda nueva habilidad; que se materializo. Para su sorpresa, fue bastante útil. Esta habilidad se llamada. “Sabiduría del hechicero vagabundo”. Era una habilidad pasiva. Su efecto, era el de convertir los puntos de sabiduría en mana. 3 puntos de sabiduría, por un punto de manda adicional. Lo que le dio a Helios, con una sabiduría de 1183. 394 puntos de mana adicional. Si bien, esta habilidad no estaba enfocada al combate. Al menos ahora, su energía mágica; no estaría tan limitada. Al principio peso, que esta era la habilidad con la que tenía que utilizar “D por 3”. Pero luego descarto la idea. Lo mejor, sería guardarla para una habilidad de combate. -Bien. Esta habilidad es útil. Veamos, los cambios- Miro su hoja de estado. Esta se había actualizado. Estado: Nombre: Helios Raza: Humano. Edad: 15 años HP: 40+10=50 MP: 25+9+394=428 Ataque: [4] - Fuerza: [5+8] Defensa: [5] - Resistencia: [5+8] Velocidad: [3+8] - Inteligencia: [4+10] Constitución: [5] - Espíritu: [3] Sabiduría: [1183] - Suerte: [1] Habilidades: 12 Sintiendo una ligera felicidad, por su nuevo poder mágico. Tomo la última perla, en el contenedor. Ese era su último intento. Realmente quería una habilidad de combate. Si la obtenía. Entonces, podría hacer que las tres habilidades trabajaran juntas. “D por 3”, la amplificaría; aumentando su daño. Mientras que “Sabiduría del hechicero vagabundo”, proveería del mana. Teniendo esto, se sentiría mucho más seguro. Ya que tendría un medio, para proteger su vida; en caso de una emergencia. Sin pensarlo más, coloco la última perla en el grimorio. Pronto el proceso, volvió a repetirse. Sin embargo, esta vez fue diferente. De la nada, sintió que su cuerpo era aplastado por una fuerte presión. Y por instante; que fueron fracciones de segundo. Noto una especie de hilos ilusorios, atados a partes de su cuerpo ¡E incluso clavados en las pagina de su grimorio! Todo ocurrió tan rápido. Que pensó, que tal vez se trataba de una alucinación. Ya que, de un parpadeo a otro; los hilos desaparecieron. No obstante, la presión que sentía ¡seguía ahí! Presionando su cuerpo. Especialmente en la zona. En las que había visto, que se encontraban conectados los hilos. De la nada. La página resplandeciente; se tiño en un rojo sangre. Y la llama posterior, era negra. ¡Qué estaba pasando! Se pregunto Helios; completamente asustado, sin poder mover un solo musculo. Era la primera vez, que experimentaba algo igual. Mirando como en la página en blanco, se formaba una nueva habilidad. La cual, al terminar de materializarse. Le género, un inexplicable sentimiento ominoso; algo le decía, que esa habilidad era algo terrible. Y antes de que pudiera cerrar el libro, para no ver más esa página. Un rayo rojo salió disparado. Impactado su frente; como un clavo ardiente, que perforo su cerebro. Sumiéndolo en un dolor y agonía; haciéndolo babear, por el inmenso sufrimiento. Esa sensación, no se comparaba en nada. A la sensación que tuvo, cuando recibió la información de las anteriores habilidades. Cuando finalmente, el dolor desapareció. La presión se atenuó un poco ¡no desapareció! Al contrario. Ahora sentía que sus movimientos estaban limitados, por esa extraña presión. Como si ahora, fuera parte de él. Recuperando el aliento. Verifico, la información de su nueva habilidad. Volviéndose pálido al instante. -No…- expresó con dolor. La habilidad, que había adquirido no era mala ¡Era horrible! La habilidad se llamada,” El 7 desafortunado”. Y la información que recibió. Decía que esta habilidad era un castigo, para aquellos; quienes intentaban alterar demasiado el destino, y el ordena natural de las cosas. Su efecto, era el de restar 7 puntos al atributo de suerte. Para sellar el destino del anfitrión, y que sus acciones no escaparan; de los cálculos del destino. Esto como una medida, para evitar. Que el destino de terceros, fuera alterado por las acciones del usuario. Estado: Nombre: Helios Raza: Humano. Edad: 15 años HP: 40+10+394=444 MP: 25+9=34 Ataque: [4] - Fuerza: [5+8] Defensa: [5] - Resistencia: [5+8] Velocidad: [3+8] - Inteligencia: [4+10] Constitución: [5] - Espíritu: [3] Sabiduría: [1183] - Suerte: [1-7] Habilidades: 12 Sin entender, como las cosas habían terminado así. Helios, se deprimió. En una semana, tendría que presentar la segunda parte del examen. Y ahora su suerte, había bajado aún más. Lo que seguramente lo colocaría en situaciones problemáticas, y peligrosas; para su vida ¡Estaba seguro de ello! Lo mejor sería quedarse en casa, y no participar en la segunda prueba. Podía invertir el dinero; que acaba de adquirir. Para abrir, una pequeña tienda de conveniencia. Donde podría esconderse, y vivir cómodamente; hasta el final de sus días, pasando desapercibido del resto del mundo. Sin saberlo. Helios, ya estaba siendo manipulado por el destino. Todos los pensamientos desalentadores, que sentía. Eran productos del destino. Que quería evitar a toda costa, que se presentara a la según parte del examen. Y que viviera una vida sencilla, donde sus acciones; no afectaran el destino de otros. Quien controlaba originalmente el destino. Era “Eón”, dios de la casualidad. Pero debido a una extraña desaparición. Quienes quedaron a cargo de esta tarea. Fueron sus hijas “Enea”, “Enora”, y “Enid”. Las cuales, ocupando las herramientas de su padre. Se encargaron de hilar y mantener los hilos del destino; en el telar de los tiempos. El telar de los tiempos, era una herramienta mística. Que tejía el pasado, el presente, y el futuro; a través de vidas, relaciones, eventos, y causalidad. Estos representados, por billones de hilos minúsculos; que se encontraban en constante movimiento. Cuando una persona nacía. Un nuevo hilo rojo, era agregado al telar. A continuación, “Enea”. La encargada del ábaco de la causalidad. Calculaba todos los eventos, que tendría repercusión en su vida; en base a su estadística suerte. Después “Enora”. La encargada, del gancho de la causa y efecto. Utilizaría su gancho, para mover los hilos de los eventos; cerca del hilo de la vida. Colocando a la persona, en los carriles del destino. Representando los carriles; todo lo que esa persona podría conseguir en la vida. Si alguna vez una persona, se alejaba de ese control. Ella usaría su gancho para reacomodarlo, y ajustar su cursó. Por último, pero no menos importante. La más joven de las hermanas, “Enid”. Quien era la encargada, de las tijeras del fin. Cortaba los hilos, cuando una persona desperdiciaba los eventos; debido a sus propias decisiones. Por lo que esa oportunidad, desaparecía. El funcionamiento del hilar era sencillo. Realizada la tarea, de las dos primeras hermanas. El telar se iría tejiendo. Cada vez que una persona, aprovechara uno de los eventos; que estaban destinados a ocurrir. Su hilo de vida, se ataría con el hilo del evento; convirtiéndose en un solo hilo. Para luego ser tejido, en el telar. Al igual que billones de seres vivientes, bajo el control del destino. Si las personas, no aprovechaban el evento. Esto hilo era cortado por la hermana menor. Sin embargo, este evento podría aparecer en otra sección del telar; tiempo después. Destinado, para otra persona en el futuro. En ese momento. En una pequeña dimensión, separada de la realidad. Enea, Enora, y Enid. Realizaban su tarea; como las diosas encargadas del telar del tiempo. De piel blanca, cabello dorado; resplandeciente, y ojos esmeraldas. No tenían muchas diferencias, que permitieran distinguirlas; salvo sus personalidades, y algunos accesorios. Enea, era la más seria de todas. Ella tenía el cabello suelto; recortado, vestía un vestido de gasa blanca; con bordados de oro, y utilizaba gafas de plata. Enora, la hermana de en medio. Utilizaba el mismo vestido, y su cabello estaba atado en una cola simple. Enid, la menor. Utilizaba el mismo vestido, sus cabellos se encontraba atado en dos coletas, y en el centro de su frente; estaba un lunar rojo. Desde la desaparición de su padre. Las tres hermanas; aunque desconocidas, para la mayoría de los mortales. Habían quedado a cargo, de la manipulación, y el control del destino; en el telar del tiempo. Una tarea, bastante complicada para cualquier dios; que no fuera el dios de la causalidad. No obstante. Gracias, a que ellas eran tres. Con el tiempo, habían logrado acoplares. Separando el proceso, en etapas; similar a una línea de montaje. Y hoy en día. Podían cumplir con su deber, sin ningún problema. O al menos, eso parecía. Ya que debes en cuando, aparecían hilos rebeldes; que trataban de alterar los cálculos del destino, tomando lo que no les correspondía. Provocando que Enea, tuviera que recalcular el destino. Para que sus hermanas, corrigieran el error; antes de que el destino de terceros, se viera afectado. De lo contrario, el cálculo del destino; en el telar del tiempo, se vería dañado. Lo que causaría caos, en el mundo mortal. Recientemente, las tres hermanas habían tenidos problemas con un hilo particular. Y al decir recientemente. Me refiero a que todo comenzó, hace diez años. Cuando el hilo de un niño, que se debatía entre la vida y la muerte. Se desvaneció por un instante, para luego volver a aparecer. Lo que era extraño. Ya que cuando un hilo desparecía, significaba que la persona moría. No obstante. La posibilidad de que sobreviviera, estaba en los cálculos del destino. Por lo que, en su momento. No le dieron la menor importancia. Solo reacomodaron los hilos; para que su vida siguiera el curso natural, al que estaba destinado. No obstante, con el pasar del tiempo. Se dieron cuenta, que algo había cambiado en este hilo. Lo primero que notaron, posterío a aquel extraño evento. Fue que la personalidad, del niño tuvo un gran cambio; volviéndose mucho más cuidados. Lo que corto de tajo, muchos destinos mortales vinculados a su muerte. Ya que estaba destinado; que moriría antes de cumplir los 20, que llevaría una vida sencilla, y no tendría decendencia. No obstante, este cambio de actitud. Causo, que tuvieran que recalcular su destino. Por lo que decidieron, acomodar todo. Para que muriera; producto de una pela, en una secundaria pública. El problema, fue que el chico no solo se volvió más precavido. De un día para otro, mejoro sus calificaciones; alejándose del destino, de la secundaria pública. Por lo que intentaron sabotearlo, causándole pequeños problemas; durante sus exámenes. Problemas, que el resolvió; comprando muchas cajas de bolígrafos. Por si esto fuera poco. Tiempo después. El chico aplico, para ingresar en una secundaria militar. Y a pesar de muchos esfuerzos, por evitar que consiguiera entrar. Él lo logro. Arrebatándole la oportunidad, a otra persa; que estaba destinada, a tomar ese lugar. Y quebrando su destino de muerte. Lo que enfureció, a las tres hermanas ¡Simplemente, no podían hacer nada al respecto! A pesar, de que manipulaban el destinó. Tenían prohibido, actuar directamente. Y solo poción atosigarlos con pequeños eventos; o dificultades, que lo forzaran a desistir. Gracias al cielos. Después de entrar a la secundaria militar, no ocurrieron grandes problemas. Lo que permitió, que Enea; recalculara un nuevo final para Helios. Ahora moriría en una academia militar superior; debido al mal mantenimiento, y la explosión de una armadura mágica. Pero, nuevamente. Helios, volvió a escapar de los cálculos del destino. Siendo admitido, para realizar el examen internacional académico. Lo que provoco, que cientos de hilos a su alrededor; temblaran, por la resonancia de sus acciones. Que causaron, que otro joven no pudiera participar en el examen. Lo que, a su vez; como un efecto domino. Cambio del destino de muchos. Quienes estaban destinados, a estar relacionados con ese joven. Sumiendo al telar del tiempo, en el caos. Caos que las hermanas, tuvieron que corregir; para evitar que se dañaran las fibras del destino. En este punto, las hermanas estaban hartas de esa situación. El hilo de helios, era anti natural. Por más que intentaban encaminarlo. El constantemente, escapaba de sus cálculos. Lo que era peor, según los cálculos de Enea. Debido a que había robado una oportunidad, destinada para alguien más. Otras oportunidades, que no le correspondía. Se habían acercado a él. Como la adquisición, de tres nuevas habilidades. Lo que empeoraría aún más la situación, en el telar del tiempo. Por lo que después, de mucha deliberación. Las hermanas, decidieron poner fin a esto. Del único modo, que podían hacerlo. Sin más remedio, Enid; la más joven de las hermanas. Fue por una caja, que acerco a su hermana Enea. A continuación, la mayor de las hermanas. Abrió la caja; develando su contenido. En el interior, había un carrete de hilo n***o; como el carbón. A continuación, usando su gancho. Enora, tiro una hebra del carrete; midiéndolo con la mirada. Cuando la hermana de en medio, sintió que el hilo era lo suficiente largo. Le hiso una seña a Enid, para que lo cortara. Quedándose, con la hebra de hilo; en su gancho. Haciendo cálculos. Enea, le dijo a Enora. Donde debía colocar el hilo n***o. Al contacto con el telar. El hilo n***o, provoco que todos los hilos temblaran; incluyendo el de Helios. A continuación. Enora, coloco el hilo junto al de Helios. Para luego tomar todos los hilos, de los eventos; ligados a él. Atándolos todos juntos; con el hilo n***o, y el de Helios, Comprimiéndose en un solo hilo, sin la oportunidad de separarse. Era como si el hilo n***o. Atrapara y uniera, todo con lo que tenía contacto. No obstante, aquel hilo; desprendía un aura ominosa. Ese hilo, representaba una habilidad. Que el dios de la causalidad, había creado; como un castigo. Su funciona, era la de reducir la suerte de una persona. Entre menor la suerte, era menos probable; que una persona, pudiera cambiar su destino. Y no solo esto. Si una suerte, era negativa. El destino ejercería, mucha más presión sobre las personas. Interfiriendo con sus pensamientos, y libre albedrio. Orillándolos, a cumplir con su destino. Por si esto fuera poco. La vida de la persona, estaría atada a eventos catastróficos; que eventualmente, causarían la muerte. Eso era, lo que Helios. Estaba experimentando en ese momento. Mientras, que las diosas lamentaban su decisión. No porque sintieran lastima, por ese pobre diablos. Sino porque el hilo n***o que tenían, era poco. Y solo debía ser usado, en situaciones especiales. Pero ellas, lo habían desperdiciado en una persona común. Lo que hiso arder en rabia, a Enea. Ese hilo, se les había sido entregados por su padre; antes de su desaparición. Y ya lo habían desperdiciado, en una tontería. Lo único bueno, es que ya no tendrían que preocuparse por el hilo de Helios. De ahora en adelante, no volvería a interferir con los cálculos del destino.
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