La academia orquídea gris. Es una de las cuatro principales escuelas, de ciudad Nifhril. Una ciudad categoría C, en el continente Quilia. Hoy esta academia, tiene el orgullo de participar. Como una de las sedes, del examen internacional académico. Uno de los eventos más importantes a nivel global. El cual definirá el futuro, las oportunidades, y el alcance de muchos jóvenes.
El mundo de Axthia. Como era conocido ese planeta. Era un mundo, completamente diferente a la tierra. En este lugar, proliferaba la magia. Así como la existencia de dioses, espíritus, bestias, demonios, y otro sinfín de seres sobre naturales; que habitaban, en el interior de mazmorras.
El uso de la magia, por parte de los humanos. Era utilizada a través de habilidades, impresas en los libros alma; también conocidos como grimorios. Sin embargo, la magia no era igual para todos. La calidad de las habilidades, que una persona podía utilizar. Dependían mucho, de su talento mágico innato. Existiendo talentos de la A, a la D. Siendo A el mejor talento. Mientras que D, era el peor.
El talento, era algo que influía mucho en la sociedad. Ya que era símbolo de estatus, ente los usuarios de grimorios. No obstante, el examen internacional académico. Solo consideraba el talento, como la mitad de la prueba. Siendo el conocimiento, la otra mitad. Para el examen, todos los que lo que los presentaban eran iguales. Si bien los talentos clase A, eran respetados. Si no tenían el conocimiento, para demostrar sus capacidades como clase A. Su nivel de ciudadanía, seria degrado. Perdiendo todos los privilegios, que les daba su talento. Al contrario. Si una clase B, C, o D. Demostraban un conocimiento, mayor a la capacidad de su talento. Subirían en la escala social. Obteniendo nuevos privilegios, derechos, y prestaciones.
¿Cuál era la importante, del examen internacional académico? Sencillo. Cuando un joven, terminaba secundaria. Podía aplicara, para estudiar en una academia profesional. Donde se podría especializar en alguna carrera básica como la arquitectura, las ciencias, la ingeniería, y la informática. Así como carreras superiores. Tales como la de cazador, explorador, alquimista, traductor, medico, y la militar; entre otras. Siendo el oficio de cazador, el más deseado por muchos. Ya que los cazadores. Eran quienes entraban en las mazmorras, para saquear sus recursos. Siendo uno de los oficios mayor remunerado, y con el más alto estatus en la sociedad moderna. Sin embargo, no todos podían ir a una academia profesional. Las academias tenían estándares, vasados en las puntuaciones de el examen internacional académico. Si un joven quería ingresar a una academia en específico, debía cumplir con los estándares de puntuación. De lo contrario, seria rechazado.
La academia profesional, donde una persona estudiaba. También definía otro tipo de estatus, ante la sociedad. Lo que aumentaba la presión en cada uno de los estudiantes. Quienes, en ese momento. Realizaban, el primer parte del examen. Correspondiente, al examen escrito. Una prueba con mil preguntas. Que debían ser resueltas, en menos de tres horas. La persona que no entregara su examen antes del límite, seria descalifica. Por lo que mucho entregarían su examen, aunque este no estuviera terminado. Por miedo a ser descalificados, y perder todo por lo que habían trabajado. Al final. El examen teórico, era solo era la mitad del examen. Y podrían recuperarse, durante el examen práctico.
En el aula 3B, de la academia orquídea gris. Los estudiantes de diversas escuelas, realizaban el examen en silencio. Los inteligentes y estudiosos, respondiendo las preguntas que conocían; dejando las más difíciles para el final. Los que no era los mejores estudiantes; respondían al azar, y debes en cuando respondía una que otra pregunta con seguridad. Y luego estaban los estudiantes, que se encontraban sumidos en la desesperación; al darse cuenta, que no estaban preparados para el examen. He imaginar, que todos los que realizaban el examen. Eran los mejor diez promedios, de cada una de las escuelas locales de ciudad Nifhril. En ese momento, ningún estudiante se sentía orgulloso de clase social y talento. Durante ese instante ¡Todos eran iguales!
De la nada. En el fondo del aula, un estudiante se levantó. El joven era de piel blanca, ojos cafés, y cabello oscuro recortado; estilo militar. La altura el chico, era de 1.77. Y su compleción física era delgada; pero no se veía desnutrido, su cuerpo era bastante saludable. Su rostro era plano y bastante común; sin ninguna seña particular, que lo hiciera resaltar. El chico no era guapo, pero tampoco era feo; promedio, definiera su atractivo. Aunque realmente se veía como el típico estudiante, que salía en el fondo de las fotos escolares. Y que casi nadie recordaba, hasta que veía las fotografías de un viejo anuario escolar. Preguntándose ¿quién era él? o, si se trataba de un fantasma en la fotografía.
La vestimenta, que utilizaba en ese momento. Constaba de un uniforme de corte militar de dos piezas; color marrón, y con botones latonados. Complementado por botas negras, cinturón, y una boina militar; a juego con el uniforme. Este uniforme, era característico de las secundarias públicas; proporcionadas por el ejército. Muy diferente a las escuelas públicas del gobierno. Ya que estas escuelas, tenían un sistema educativo más militarizado. Y su nivel académico era superior al de las secundarias públicas comunes. Proporcionado a sus alumnos, adicionalmente. Conocimientos en supervivencia, combate cuerpo a cuerpo, uso de armas, estrategia, primeros auxilios, y herbolaria básica. No obstante, a pesar de que la educación era buena y gratuita. Cursar estas escuelas, era más difícil. Su nivel académico exigía a sus alumnos disciplina, y buenos resultados. Quien no cumpliera estas dos normas, seria rápidamente expulsado. Sin derecho a entrar en otra secundaria militar, en el futuro.
El estudiante, que se había levantado. Camino lentamente, ante la mirada de los presentes. Quienes dejaron lo que estaban haciendo, durante unos segundos. Contemplando al joven, que parecía dirigiré al frente del aula. Al verlo, algunos no pudieron evitar suspirar. Mientras que otros negaban con la miraba, imaginando lo que estaba sucediendo. -Desertor…- susurro un estudiante; de saco purpura oscuro. Bajando la mirada, para continuar el examen. No había nada que ver. Era normal, que durante el examen. Los alumnos que no se sentía capacitados, desertaran de la prueba. Levantándose, y entregando su examen; minutos después de comenzar la prueba. Al menos, el joven lo había hecho. 50 minutos, después de comenzar el examen.
No obstante, y para ignorancia de todos. El joven, no había desertado. En cambio, camino hasta una urna metálica; que se encontraba al frente del aula. Y a través de una abertura, introdujo el examen dentro. Para luego caminar hacia la puerta del salón. Abandonado la escena. Sin imaginar, que era menospreciado por todo. O tal vez, si lo savia. Pero eso no le importaba. Había terminado los mil reactivos del examen; con 2 horas, y diez minutos de sobra. Y eso era la único que importaba. Los demás, podían pensar lo que quisieran. Él sabía la verdad.