CAPITULO 4
RODRIGO
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Mi vida se había desvanecido el día que perdí a Mila, el corazón de un esposo enamorado se había roto por mi estupidez, no tendría otra palabra como describir mi desliz de aquella noche; actué como un perdedor refugiándome en los brazos de aquella rubia que conocí una noche antes en el bar del hotel donde me hospedaba, una noche en la cual me sentía vacío por haber perdido a mis hijos sin haber reaccionado a tiempo para evitar tal tragedia, al mismo tiempo que sentía la lejanía de mi esposa quien se encontraba destrozada por la pérdida de nuestros anhelados hijos , dejándome llevar por un deseo carnal de unas cuantas horas que me hizo perder lo que más amaba en el mundo, mi esposa.
Conocía las fortalezas y debilidades de Milania, sabia mejor que nadie que le cuesta entender muchas actitudes sin sentido del mundo neurotipico como por ejemplo el hecho de que la haya traicionado en vez de apoyado, esa era la manera simple en el cual su cerebro funcionaba, mis excusas desesperadas por un perdón eran vagas para una mujer que se amaba y respetaba como nadie en el mundo, su amor hacia mi estaba intacto podía sentirlo pero mi traición la había marcado tanto como la de Bastián al punto de alejarla más y más mientras intentaba regresarla a mi lado. Estos meses se había vuelto más independiente, más decidida incluso la notaba más solitaria, eso me preocupaba porque aun estando con sus mejores amigos o con su familia parecía perdida en su propio interior, la muerte de los gemelos destrozo de forma arrolladora el alma de mi amada esposa, y aun si tuviera que mover cielo y tierra por recomponer su vida y nuestro amor lo hare, no me importa qué estrategia deba inventar para romper esa coraza en la cual mi amada esposa se refugiaba, estaba seguro de reconquistarla y amarla con este amor que se desbordaba por cada partícula de mi interior, no existía nada ni nadie que pueda evitar nuestra reconciliación.
Hoy era uno de esos días en los que me tomaba unas horas en mi oficina de NY YORK , donde había regresado para estar cerca de mi esposa; mirando su hermoso rostro en uno de los muchos porta retrato que adornan el lugar, el amor de mi vida estaba allí con esa hermosa sonrisa con la que logro curar mi alma rota, esa mujer que siendo tan diferente y única enamoro de una forma incalculable a este Rodrigo Francesco que solo ruega por volver a tenerla en sus brazos y no soltarla jamás. Tome mi celular y le escribí un corto mensaje pero que decía todo lo que sentía por ella. TE AMO MI REINA. No tardó mucho en contestar.
—No deberías escribir mientras trabajo, sabes que me pones ansiosa.
— ¿Sabes que te amo? Solo respóndeme esa pregunta.
—Pensé que lo sabía, hasta que descubrí que otra estuvo entre tus brazos.
Aparte los lentes de lectura que reposaban en mi rostro arrastrando de alguna manera con mis manos la angustia que sentida cada vez que ella se sentía traicionada por mi maldita estupidez, me costaba responderle con lo siento cuando entendía mejor que nadie su manera de pensar y actuar. Incluso si no tuviera ninguna condición ella tendría toda la razón de despreciarme y castigarme por mi falta de moral. Resople par de veces antes de responder aquel mensaje, mirando que aún estaba en línea esperando una respuesta sensata de mi parte, sin excusas, sin mentiras, desde el fondo de este corazón que estaba igual de roto y vacío que el de ella.
—Sé que me equivoque mi amor, lo siento, me arrepiento de aquel día de las decisiones equivocadas y absurdas que tome ese día y que fracturaron todo nuestro castillo encantado, todo lo que sucedió es culpa mía y solo le ruego a Dios tener la oportunidad de remendarlo y volver a recuperar tu confianza y tu cercanía, me muero cada segundo por despertar y no tenerte a un lado para hacerte el amor.
Estuvo en línea algunos 10 minutos, seguramente leyendo una y otra vez aquel mensaje, analizando cada palabra escrita por un esposo desesperado que ella solo veía como traicionero y malvado por haberla abandonado cuando más me necesitaba refugiando mis penas en una botella de licor y la compañía de una mujer que no era ella. Como muchos otros mensajes dejo en visto sin respuesta alguna, no porque no quisiera decirme aunque sea una palabra que describiera su sufrimiento, simplemente aun no procesaba toda la información de alguna manera incluía en mis mensajes por la desesperanza que sentía por no tenerla a mi lado.
La puerta se abrió sin ser tocada o al menos mis pensamientos estaban puestos en Milania que desconozco haberla escuchado y allí estaba él, mi hermano, una de las personas más importantes en mi vida quien supe de su presencia valiosa en la ciudad gracia a mi abuela, él no se imaginaba la falta que me ha hecho y lo triste que me puso conocer de su proyecto de boca ajena a la suya. Me levante rápidamente y probablemente corrí a sus brazos, sintiendo sus palmadas en mi espalda.
—No sé si perdonarte, el hecho de estar aquí probablemente desde hace días y no haberme avisado de tu presencia en la ciudad, además que sé que estas en un proyecto y ni siquiera has pensado en mi apoyo —reclame, mientras lo miraba, se veía tan diferente.
— ¿Porque tendré una abuelita tan chismosa? —Comento sentándose frente a mí —. Sabes que eres la persona más importante en mi vida, lo serás siempre Bebé, pero quiero tener la satisfacción de lograr hacer algo sin que las personas al verlo digan, es obra de Rodrigo.
Analice sus palabras tan bien dichas, mientras me sorprendía la madurez con la que hablaba.
—¿Quieres un trago? —pregunte dirigiéndome a la licorera que tenía a un extremo de la oficina.
—Un café estaría bien, tu hermanito dejo de tomar bebidas alcohólicas hace algunos meses —dijo sonriente —. Se te hizo realidad el sueño de tu vida.
—El sueño de mi vida siempre ha sido verte feliz, pleno, realizado, maduro y completo. Estas frente a mí y veo a un hermanito diferente incluso en tu ropa, ¿Qué haces para verte tan bien?
—Mira quien habla —levantándose y caminando hacia mí —. Siempre serás más guapo, más alto, más inteligente, tuviste hasta la suerte de nacer con ojos azules —soltando una carcajada de esas que me contagiaban —. Siéntate, creo que llevamos mucho sin estar así tan cerca que solo deseo abrazarte.
Le di un abrazo lanzándolo en el mueble mientras me quitaba el saco y me sentaba a su lado, el tomo su celular y pude ver que pedía nuestras hamburguesas favoritas, al mismo tiempo que de su bolsillo sacaba unas empaquetadas cartas de póker, sonreí y se las arrebate rápidamente.
—Cuéntame de tu proyecto, muero por saber todo además de esperar ser considerado como uno de tus inversionistas —comente mientras barajeaba.
—Espero no te parezca una estupidez por invertir en algo que quizás no resulte a corto plazo.
—¿Qué dices?, se te olvida que ¡confío en ti! Conozco tu capacidad para los negocios y sé que si estas poniendo el ojo en este safari es porque has visto mucho horizonte inversionista, engañaras a los abuelos con esa charla pero a tu hermano no. Quiero que sepas que cuentas con mi apoyo, me siento tan orgulloso de ti, bueno siempre lo he estado.
—Siempre has confiado en mí, lo agradezco porque me has enseñado todo lo que se, nunca voy a olvidar que pusiste en mis manos esta empresa cuando tu accidente no sé cómo mamá no se infarto, pero durante ese año aunque era un verdadero desastre nocturno aprendí todo lo que intentabas mostrarme, singo pensando que no solo eres el mejor hermano también eres la mejor persona que existe en este mundo.
—¿Pero?, no olvides que te conozco mejor que nadie en el mundo, aun cuando maduraste y ya no consumes alcohol sigues siendo mi bebé, mi hermanito, mi alma gemela, sigo conociendo tus miedos, tus metas, tus ideas. ¿Lo supiste?
—¿Por qué Rodri? Me fui de esta ciudad, de este país para poner millones de kilómetros de distancia con la mujer que amo por —interrumpí antes de que siguiera el discurso.
—¿Qué amas? Has cambiado todo del Bastián del pasado menos eso ¿no?.
—No intentes evadir el tema, porque sabes perfectamente a lo que me refiero. Me aleje de todo por la felicidad de Mila, juraba que tu cumplirías tu promesa de no fallarle como lo hice yo, me hacía a la idea que no importaban mis sentimientos, mi dolor, mi perdida, el vacío que habitaba en mi interior cada día, porque ella era feliz al lado de la mejor persona del mundo y vas y la cagas ¿Por qué? No logro entenderlo, ella tampoco.
—¿Perdón? —mirándolo a los ojos —. ¿Tu como podrías saber eso?.
—La vi Rodri, no vine a NY YORK en busca de Mila creo que pedí todo el puto viaje en primera clase de ese avión, aprovechando que estaba cerca de Dios, no encontrármela en cierta forma porque no quería que pensaras que venía a invadir tu felicidad, pero paso justo frente al restaurante donde esperaba a mi inversionista. Le rompiste el corazón, el alma, el sueño de ser feliz sin ser traicionada nuevamente por un imbécil, quiero saber ¿Por qué?.
—No, el que quiere exigirte que te alejes de mi esposa soy yo. Dime la cantidad que le hace falta a tu inversión —tomando la chequera y el bolígrafo.
El movió la cabeza mirándome.
—No te preocupes por querer alejarme de NY YORK, mejor dicho de Mila. ¿Recuerdas cuando me case con Leonor? Me dijiste que conquistarías a Milania. No sé capaz ella no me ame, no sienta nada por mí pero no le negare mi amistad por tus inseguridades, el único que la alejo de su lado fue tu “desliz de una noche”, no me culpes a mí por intentar alcanzar mis sueños con un zafarí estaré en esta ciudad hasta que logre encontrar mis inversionistas —recogiendo su chaqueta —. Te amo hermano.
El salió de mi oficina, dejándome allí con el corazón aún más roto por haber cometido otro error con la otra persona que más amo en el mundo. Él tenía razón nadie más tenía la culpa que mi esposa estuviera viviendo en otra casa que no fuera la nuestra, pero los celos invadieron de forma descontrolada mi cuerpo arrastrando mis inseguridades por el precipicio del terror, porque conocía el amor que Mila sintió por mi hermano si alguien podría alejarla de mi lado para siempre ese sin duda era Bastián.
REFLEXIÓN DEL DÍA:
«RECUERDA, la vida es corta para sufrir tontamente. Sonríe a quien llora, silencia a quien vagamente te crítica y sobre todas las cosas se feliz con quienes te importan»