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1499 Words
Hoy era viernes y mi cuerpo lo sabia, y no porque estaba activo, todo lo contrario, este es uno de esos días que me dan ganas de dormir cinco minutos más y despertar las dos horas. Pero no. Hoy terminaba la primera semana de clase y la universidad para mi es muy importante, ya que quiero ser exitosa como mi madre. —Pero miren quien bajó, pensé que se te habían pegado las sábanas. —y hablando de madres. —¿Vas a desayunar? —Se dice buenos días, si hoy tengo clase todo el día. Ya estoy ansiosa por graduarme, mi primer reportaje será sobre Jolie Colection. — dije sentandome en el comedor. —Ay hija, estoy tan orgullosa de ti, saliste a mi, inteligente, aplicada y sobre todo bella. —sus ultimas palabras me hizo soltar una sonora carcajada. —¿Qué? Es la verdad. —No me río porque no sea verdad, solo que nunca eres egocéntrica y me da un poco de gracia cuando actúas como tal. —dí un mordisco a mi sándwich. —Nunca es tarde para ser lo. —Se encogió de hombros y siguió preparando más sándwich. —Buenos días tía hermosa, preciosa. —Dereck entró a la cocina y lo primero que hizo fue abrazar a mi madre, como de costumbre. —¿Me regalas un sándwich? —Dijo con voz de niño que no le salió para nada bien. —Claro sientate en el comedor y enseguida te lo sirvo. —dió media vuelta para sentarse y al verme su leve sonrisa desapareció, rodee los ojos y seguí comiendo mirando a todas partes menos a él. —Samantha.—saludó de mala manera. —Dereck. —Devolví el saludo. —Pero cuanta tensión. —murmuró mi madre para ella misma pero logre escucharle. —¿Hoy serás mi chofer de nuevo? —preguntó luego de varios segundos en silencio. Enarqué una ceja a la vez que lo fulminaba con la mirada. —Para que te enteres, solo le estoy haciendo un favor a mis tíos mientras te compran un vehículo, porque dudo que tu lo hagas, niño mimado. —¡Samantha! —mi madre me llamó con tono enojado, ahora que. —Disculpate con tu primo. —dijo mientras se acercaba a él y lo tomaba de los hombros. —Pero mamá, él comenzó. —me quejé, lo trataba como si fuera su hijo. —Yo sólo lo dije bromeando de buena manera, y me tratas así. —su voz era tal cual la de una víctima. ¡Gran actuación, idiota! —Samantha Evans, lo hiciste sentir mal, recuerda que es nuestro invitado y así no se tratan a los invitados y menos de la familia, ofrecele una disculpa ya mismo, o atente a las consecuencias. Miré a Dereck y este tenía una pequeña sonrisa de medio lado, es obvio que esta disfrutando de todo esto, mi mamá le acarició el cabello y él la miro con ojos de perrito regañado. Es un manipulador. —Lo siento. —dije entre dientes. —¿Que dijiste?— preguntó Dereck con cara de confusión, imbécil infeliz, se esta aprovechando de la situación. —Que lo siento. —repetí fuerte y claro. —Mucho mejor hija, y que no se repita. —busco un par de sándwich y se lo dio a Dereck. —Toma, aquí tiene tu desayuno. —Gracias, tía hermosa. —le dio un mordisco. —Umh esta delicioso. —habló con la boca llena mostrando el pan triturado. —Que asco. —dije para mi misma pero al parecer él me escuchó ya que le dio un grande mordisco al sándwich para luego masticar con la boca abierta. —Pareces un cerdo. —Tú te ves como una. —murmuró mirando mi cuerpo. ¿Acaba de llamarme gorda? Le iba a responder pero sonó el teléfono de la casa. —Yo voy. —dijo mi madre saliendo de la cocina. —Infeliz, me las vas a pagar, idiota. —lo amenacé cuando ya no había rastro de mi mamá. —Uh, que miedo prima, tu mamá sabe de ese vocabulario tan grosero que tienes? —dijo cruzándohse de brazos. —Maldito manipulador.—estaba a punto de levantarme de mi silla y darle una golpiza, pero justo en ese momento mi mami volvió. —Chicos me llamaron de la oficina, debo irme. Los sándwich que quedan son de tus hermanos, cuidate pequeña, que te vaya estupendo. —Gracias mami tu también cuidate, te quiero. —me despedí de ella y mordí mi segundo sándwich. —Adiós Dereck, cuidate y cuidala. No se vayan muy tarde chicos.—salió de la cocina y tiempo después de la casa, escuche su vehículo y decidí esperar a que se alejara. —Ahora si te voy a estrangular maldito infeliz. —me levante de mi silla y me lance hacia él dispuesta a dejarlo sin respiración pero el fue mas rápido y tomo mis muñecas en el aire, se levantó de su silla para luego darme media vuelta quedando mis brazos en x y él detrás de mi. —Sueltame imbécil, te haré tragar tu propia lengua, quita tus manos de encima. —Estas muy agresiva hoy prima, ¿te calló mal el desayuno? —me moví bajo sus brazos pero solo logre que me apretara a su cuerpo haciéndome sentir incomoda. —Me las vas a pagar, suéltame. —tiré mi cabeza hacia atrás golpeándolo en el rostro. —Oh Dios, mi nariz. —me soltó y se tapó su nariz con las dos manos. —Mierda, estoy sangrando. —mi cuerpo se entumeció al escuchar la palabras sangre. —¿Es-estas sangrando? —apartó las manos de la nariz y no tenia absolutamente nada, he sido engañada por este imbécil. —Morirás Dereck. —antes de que pudiera dar aunque sea un solo paso, me encontraba encima del hombro de mi primo. —Joder, bájame imbécil, ¿que crees que haces? ¿a donde me llevas?—Moví mis piernas en el aire con la esperanza de que él me bajara, pero solo lograba que me tomara con mas fuerza, me fijé que estaba subiendo las escaleras.—Dereck bájame.—golpee su espalda con mis débiles puños, miré sus pompas y decidí darle unos pellizcos. Uh, pompis duras. — Ouch, no hagas eso, Sam.—Me dio una nalgada tomándome por sorpresa y siguió subiendo las escaleras. Gracias al cielo hoy no uso vestido. — Te arrepentirás de haber colocado tus asquerosas manos en mis pompis. —grité mientras le golpeaba la espalda. — Tú empezaste.— entró a una habitación y la cerro con pestillo. ME VA A VIOLAR. —¿Que vas a hacer idiota? bájame o llamo a la policía.— me soltó en la cama y antes de que pudiera reaccionar, estaba ahorcadas encima de mis piernas manteniendolas inmóvil y tomó mis muñecas sosteniéndolas encima de mi cabeza. — ¿Ahora a quién vas a llamar?—me tenía totalmente inmóvil, y no solo por la posición sino por lo nerviosa que estaba por su cercanía, los centímetros que nos separaba. —De-Dereck, por favor, no estoy cómoda. — mi voz salía casi en susurro. ¿Por qué? Mis ojos se conectaron con los de él, y aunque odie admitirlo, su mirada verde es más hermosa de cerca. Mi vista automáticamente bajo por su nariz y se detuvo en sus labios rosados, pasó su lengua por ellos humedeciéndolos y dejándolos aun mas deseables. Noté como se acercaba poco a poco a mi, yo no me movía ni un poco, sabía que esto estaba mal pero me estaba tentando, cerré mis ojos esperando lo que ya sabia que pasaría.  — Eres una pequeña traviesa.— abrí mis ojos en cuanto sentí que susurró en mi oído. — Y tu un maldito manipulador.— no puedo creer que haya dejado que esto pasara, me vi como una necesitada, fui débil ante él ¿Por qué?  —Y tu fuiste manipulada, gané.—Me moví como un gusano para zafarme de su agarre pero no lo podía lograr. — Esto no es un maldito juego, suéltame ya.— me impresioné cuando me soltó las muñecas y se levantó de la cama.— ¿Que tramas, imbécil?   —¿Yo? nada, ya quiero ir a la Uni. —  y de la nada se volvió frió y cortante, es peor que una mujer, Dios dame paciencia. Sin decir una sola palabra abrí la puerta de su habitación, no e porque me molestaba, debería alegrarme que me dejo en paz.  Tomé las llaves de mi auto junto con mi mochila y salí de la casa. Me subí al auto y encendí el motor mientras esperaba que Dereck viniera. ¿Que diablos pasó ahí? Es decir, ¿me iba a dejar besar de mi primo?  ¿Por qué demonios él actuó así? ¿Por qué yo actué así? No entiendo nada maldición.
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