El angelical canto de las aves me hicieron despertar de muy buen humor.
Solo en películas pasa eso, porque en la vida real, desperté al sentir como aterrizaba en el frío suelo de mi habitación provocando un fuerte dolor en mi espalda.
—Mierda. —dije tocando mi columna y segundos mas tardes toco mi cabeza con la otra mano, dolía horrores. —¡Duele! —me queje sin importarme que pudieran escucharme.
Resaca.
Hice todo el esfuerzo por levantarme del suelo sobando mi espalda, había sido un gran y doloroso golpe.
Observo mi cuerpo y veo que tengo la misma ropa de anoche.
Anoche.
¿Qué pasó anoche?
Intento recordar que hice anoche pero mis intentos son en vano, pues solo recuerdo que estuve tomando en la barra y hablé con el barman, ni siquiera recuerdo que hablamos.
Me miré al espej
