Ya me había decidido, le diría que sí a Alek, ¿Qué tan malo podría ser? ¿Qué era lo peor que podría ocurrir? Frente al espejo de mi habitación, froto mi cabello con una toalla, terminando de sacar las gotas de agua que quedaron en él ante mi reciente baño; me encontraba envuelta en una bata, sin parar de pensar en lo que podría ocurrir aquella noche. Suspiro con pesadez al ver a través del espejo, todas las opciones de ropa que tenía sobre la cama, simplemente sentía la necesidad de verme provocativa, por lo que, había sacado de mi armario, todos aquellos vestidos que había comprado una vez por haberme gustado, pero que jamás me los puse a causas de que Michael me decía que eran un tanto vulgares. Hago una mueca al recordar eso, mierda, si es que sí había sido una completa imbécil al e