Capítulo 9

2198 Words
Mamá me mira una vez más de manera desaprobatoria, la ignoro y arreglo la cosa del cuello que no deja de tratar de ahorcarme. ¿Cómo mierda aguantan esta cosa? Los invitados están murmurando cosas que no presto atención, seguramente solo critican que la novia sea quien este en traje y esperando al novio en el altar. ¿Nunca han visto una boda así? Ni que fue la primera boda de esta manera, además, Inuyasha perdió la apuesta. Ya quiero ver al bello princeso en su vestido de novias, me encargué yo misma de elegir un vestido de acuerdo a él y por supuesto que usará velo, y que sea uno muy largo. Izayoi suspira y niega mirándome, ella y mi madre al parecer tienen un complot en contra de mi hoy. No es mi culpa que Inuyasha haya desde un inicio sugerido algo como esto, vamos, que lo culpen a él, yo soy la normal de esta mierda de compromiso. Además, desde un inicio ese descerebrado de pacotilla tuvo que analizar un poquito la situación y saber que yo ganaría. ¡Hola bebé! Soy la diva del momento, tengo más cerebro que tú y tengo sed de venganza por tu traición. Por supuesto que iría a ganar, ni que fue Sango que pierde una oportunidad de oro saliendo corriendo. Debo reconocer que el lugar está magnífico, ni que fuera una boda de Disney, al parecer mi madre e Izayoi si que se esforzaron en dejar todo perfecto para el día en que sus amados hijos se condenarían a matrimonio. Vaya lío con esto, ya me está dando hambre, la jodida cosita en mi cuello que parece más un lazo solo la siento más apretada. ¿Habrá contratado Inuyasha algún brujo que en este momento me esté ahorcando sin yo darme cuenta? Espero que no, no es bonito morir. En fin estoy harta de esta falsa y apenas y empezamos. Espero no ser plantada en el altar, pero conociendo a mi padre ya Inu No estoy seguro de que el princeso de Inuyasha ya está en camino con soga y todo incluido. El ruido de las damas me hace mirar. Kikyo es la primera que entra, ella pasa con una sonrisa digna de una modelo, su caminar es excelente y el vestido rosa pastel le sienta de maravilla. Naraku está a su lado como si se ganó la loto, pero bueno, teniendo a tremenda mujer a su lado es comprensible. Luego veo a Rin quien al parecer murmura cosas a Sesshomaru quien me sonríe y luego me guiña un ojo. Traidor. Pero no puedo decir nada, la verdad es que ellos se ven increíbles juntos. Tan lindos. Como fui amenazada por estas dos últimas integrantes, se unieron a ser damas. Ayame entra agarrada del brazo de Koga y me sonríe, pero luego le da una mirada asesina a su compañero que estremece a todo el mundo. Y por última aparece Sango quien a kilómetros se le huelen los nervios. Espero y sus nervios no la hagan soltar una de esas chorreadas que muchas veces suele hacer, gracias al cielo eso no ocurre. Pero si ocurre el momento épico en donde Inuyasha aparece vestido de novia. Su vestido tiene un escote de corazón que lleva hasta el ombligo, mangas largas, es de esos apretados en la cintura y luego enormes. Lo veo maquillado, con corona y un velo que unos niños agarran. Mi cara debe ponerse roja de las ganas que tengo de reírme. Mira hacia atrás y nuestros padres lo miran con burla. La música suena a medida que él camina hasta mi. —Te ves precioso princeso—me burlo con una sonrisa y él gruñe. —Está vergüenza me la pagas Higurashi—le regalo una sonrisa. Su respuesta es guñirme haciéndolo ver hasta tierno gracias al rubor en sus mejillas, mentira, que tierno ni que patatas, parece un travestí mal arreglado. Mi padre desde el fondo me mira negando con la cabeza, me encojo de hombros. ¡Yo soy la buena niña en esta situación! Inuyasha es el que me impulsa al lado oscuro de las apuestas, y soy muy buena jugadora. Seguro se estarán preguntando. ¿Y cómo ganaste? Fue algo un poco traumático, pero mis recuerdos de ser mejor amiga de Inuyasha alguna vez me dieron valor y recordé las cosas a tiempo. Flash back Inuyasha me citó en un apartamento para poner punto y final a nuestra apuesta, cierro los ojos al entrar y hago una mueca de asco al verlo sudado. Iugh, tengo algo extraño hacia el sudor masculino, no me lo encuentro para nada atractivo. —Y... ¿cuándo me dirás qué reto tendré?—veo a Inuyasha caminar a una pequeña cocina. Abre la nevera y saca una botella de agua. Me mira en silencio mientras bebe el agua. Hace unas señas extrañas hacia la botella con los ojos y lo miro confundida. ¿Estará drogado? >>¿Me dirás o solo vas a parecer alguien con algún problema en el ojo?—pregunto aburrida de estar sola en un lugar con este cabeza de pepinillo. Perroyasha solo rueda los ojos, estoy creyendo que de verdad este tiene algún problema en los ojos. Pobre de Inu No e Izayoi, gastar dinero en alguien como él, definitivamente él no lo vale. —Bien, espero que no estés arrepentida luego de todo lo que has hecho y no quieras cumplir. Te aclaro que mi reto es porque simplemente sé que no lo harás, y como no quiero ir a la boda de pacotilla en un vergonzoso vestido de novias, haré lo que sea para que eso no suceda... Cariño—dice con una sonrisa arrogante en los labios. —¿Te harás de rogar para decirme de una puta vez el puto reto de mierda?—pregunto perdiendo la poca paciencia que tenía. Inuyasha no sabe lo poco pacífica que soy cuando estoy cerca de él, o simplemente cuando se trata de él. —Luego no te quiero ver lloriquear como la nena que eres—dice dejando a un lado la botella y cruzándose de brazos. —Yo soy la nena, claro—bufo mirándolo mal. —Tu reto será... Darme sexo oral—abro mi boca tanto que pronto me atraganto con el aire. Toso sin poder contenerme, mierda me ahogo. Inuyasha sonríe satisfecho de mi reacción y yo aunque trato de parar de toser no puedo. Una lágrima se me escapa y es ahí cuando puedo respirar sin toser. Miro como una posesa a Inuyasha quien lleva una sonrisa gigante como el culo de Rin en su boca. No me jodas, que bien supo el maldito jugar sus cartas esta vez. Tienen que estar jodiéndome, ni en mil vidas mi boca tocará ese asqueroso lugar. Él camina hasta la sala y se sienta en el mueble. Lo veo mirarme arrogante como queriendo decir: Ja, mira como gano, así de fácil Higurashi. ¡Y una mierda va a ganar ese pedazo de idiota! >>¿Qué pasa Higurashi? Ya no te veo tan valiente y audaz. No me digas que te da miedo darme sexo oral?, o qué ahora te podrás nerviosa—me sonríe tan abiertamente como las piernas de Miss fotos en i********: cuando lo veía. Bien Kagome, trata de organizar tus ideas y de esta manera Inuyasha no ganará. Me animo en vano porque no me llega ninguna idea de... Esperen... Inuyasha le tiene miedo a... —Bien, lo haré—le hago saber con convicción. Él abre los ojos luciendo totalmente sorprendido. Le regalo una falsa sonrisa como las tetas de una compañera en la universidad que me quitó a uno de mis novios. —Eso quiero verlo—no digo nada más, solo me acerco dejándome caer de rodillas frente a él. Inuyasha tiene los ojos muy abierto. —¿Te quitas las prendas o tengo que hacerlo yo?—él se levanta y baja el pantalón holgado que lleva y queda en bóxer frente a mi. Una arcada me recorre pero trato de contenerla. Soplo por encima de la ropa y es entonces cuando Inuyasha sale corriendo lejos de mi. —¡ME RINDO!—grita desde el interior de la habitación. Mis carcajadas inundan la habitación. ¿Qué pasa? Recordé que una vez Inuyasha me comentó que quedó traumado luego de que una chica mordiera y casi lo dejara sin pene durante un encuentro s****l. El pobre quedó tan traumado que nadie puede hacérselo. Que bueno que ese trauma no cambió, de lo contrario estaría en problemas. —Amorcito, ¿estás bien?—pregunto en medio de un grito y lo único que escucho es el lloriqueo de la nena esa. —Maldita Higurashi, esto no se queda así—dice saliendo con más prendas que una monja. —Tu propusiste el reto, debiste saber que eso te dejaba en desventaja—puntualizo. —Se supone que no debías hacerlo—tranquilo tronco, no iba a poner mi boca en ese horroroso pedazo de carne que llevas en medio de las piernas. —Te espero mañana, falto yo por ponerte un reto—sin decir nada más salgo del lugar sabiendo que yo ganaré. Fin del flash back. —No lo he dicho, pero te ves divino amorcito, mira que somos la pareja que más derrocha amor—señalo con una sonrisa. —¡Esto mis amados televidentes es lo que está por suceder!—miro al chico del concurso—la boda más esperada de todos los tiempos, en el momento que ellos se comprometan entonces comenzará de verdad el concurso de matrimonio. Ellos deberán mostrar que están capacitados para responder a todas las responsabilidades que un matrimonio conlleva—claro, la única responsabilidad segura que tenemos es incendiar la casa en donde viviremos. —Bien, comenzaremos a unir la vida de estás dos personas que...—el padre hace una pausa y se acerca a nosotros para secretearnos—¿están seguros? Amigos, la vida de casados es un asco, no les recomiendo eso a ninguno—miro a este señor con cara de sorpresa. Espero que mi padre y el de el bastardo a mi lado no hayan conseguido a cualquier loco en la calle y traerlo para casarnos. Me giro levemente y por las caras que llevan tengo razón. ¿Cuándo demonios maduraran esos dos? —Estamos seguro... Padre—dice Inuyasha con pesar. —¡Bien!—grita llamando la atención de los invitados—vamos a unir en sagrado matrimonio a—se detiene a leer—Inuyasha Taisho y Kagome Higurashi—anuncia con una sonrisa y un celular suena. —No es el mio, Rin y Kikyo lo escondieron porque si actualizaban en w*****d la ceremonia duraría mucho para culminar—digo levantando las manos. —El mio se perdió en el vestido. Por cierto, ¿alguien lo ha visto?—pregunta él y todos comienzan a revisar. La canción del Taki Taki se escucha en toda la iglesia. —¡Oh! Soy yo, esperen un momento—todos miramos al "padre" quien sonríe ignorando la mala mirada de todos—Holi, Holi—saluda mirando a la pantalla—¿alguien con auriculares que me preste?—una chica se acerca con uno y se lo pasa. Él se los coloca y mira la pantalla nuevamente—hola viejo—de ríe—estoy aquí casando a dos rufianes—¿qué?—todos saltamos del susto cuando eleva la voz—no, descuida, guárdame una cerveza y una chica. No, yo me paso por allá luego de unir a mis Best friend's, ellos son geniales—nos mira—chicos miren la pantalla y saluden—Inuyasha y yo levantamos los dedos en señal de saludo y el "padre" sigue hablando hasta diez minutos después—ok, hablamos luego, si—nos guiña un ojo—yo te llevo del festín, adiós—todos lo miramos con una gotita estilo anime. —Tiene que ser una broma—dice Inuyasha apretando los labios. —Ehmmm... ¿Dónde me quedé?—golpeo mi frente. —Estaba por hacer los votos—dice mi madre. —Oh! ¡si!—dice—y uniremos a los dos delincuentes en matrimonio, puede besar a la novia. O al revés no comprendo bien la situación entre ustedes—dice. —Inuyasha, has tus votos—digo perdiendo la paciencia. —¡Claro!—él aclara su garganta—yo Inuyasha Taisho me comprometo a tratar de convivir con esta gran idio... Grandiosa mujer, que iluminará mis días con su luz cegadora, lo cual es... Magnífico... Desde que me dio viruela y ella fue la única estúpida en acercarse supe que nuestro destino estaba escrito en algún manual de nunca te cases con ella, pero aquí estamos.. Uniendo nuestras vidas porque somos los únicos que podemos mirar hacia un futuro mejor—me pregunto cuántas veces ensayó el discursito que ahora da, pero miro bien su oreja y al parecer hay un micrófono en ella. Ja, sabía que su memoria de pez no podría contener tanta idiotez, aunque se trate de él que se graduó con honores en la universidad de la idiotez—y ahora solo quiero unir nuestras vidas—las personas están mirándonos raros. —¡Oh! Mi turno—me enderezco—yo Kagome Higurashi, no recuerdo estar a tu lado cuando te dio viruela, de hecho, recuerdo que te ignoré todo ese mes porque no me quería contajear. Pero lo que importa es lo que recuerdes, prometo no tratar de matarte mientras duermes ni coser tu boca cuando ronques, primero—sigo prometiendo mentiras porque tengo los dedos cruzados tras mi espalda—prometo cocinar para ti y... Seguir en nuestro matrimonio—le sonrío incómoda.  —Padre, es su turno—miramos al "padre" quien esconde un cigarrillo que se fumaba en medio de los votos tras su espalda. —Claro, ¿se opone algún idiota que va contra el amor y seguro es fracasado o fracasada y no tiene nada mejor que hacer?—pregunta mirando a los presentes. —¡Yo me opongo!—salta Miss fotos y los jadeos se escuchan con dramatismo. —Ya decía yo que la vida iba muy tranquila sin la loca—dice Inu No mirándola mal. —¿Y por qué te opones rarita?—pregunta el padre. —Porque lo amo y ella me lo robó, lo está obligando a hacer esto—él suspira. —¿Va él encadenado?—pregunta. —No, pero... —¿Le está apuntando con un arma?—pregunta mirándola mal. —No pero... —Entonces largo, mis pies se están hinchando y no estoy para lloriqueos. Ustedes, puedes besarse y mi trabajo culmina. Baissssss, paz y amor pendejos de mierda, que la riqueza los acompañe porque cuando se vaya la riqueza se va el amor—sonríe y lo vemos marcharse. —¿Bien?—pregunto al estar en la boda más rara. —¡Qué los novios se besen!—gritan Sango y Miroku al mismo tiempo. Y luego todo parece un coro con horror me doy cuenta de que debemos hacerlo para que parezca creíble. Tomo a Inuyasha de las mejillas y uno nuestros labios en un pico rápido y los aplausos no tardan en escucharse. 
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